Santiago, Chile.
Ariel Marinkovic vuela y caza desde hace casi un año con “Hook”, un halcón que aprendió a volar a la sombra de su parapente en los cerros que rodean Santiago.
Este fotógrafo y videasta cumplió un sueño de infancia y adquirió este peuco, también llamado halcón o aguililla de Harris, en un criadero cuando todavía era un polluelo.
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“Nosotros empezamos a vivir juntos cuando él era un pollito. Y allí esperar a que el empezara a aprender a moverse, a aletear, hasta que sus plumas crecieron, y él ya estaba fuerte, lo saque y empecé a enseñarle a venir, sus primeros aleteos. Claro, es un pájaro, aprendió rápidamente y ahora cuando yo vuelo con él, el me enseña a mí los trucos”, dijo Ariel Marinkovic, aficionado del parapente.
Marinkovic y Hook van juntos a cazar conejos, un platillo favorito del halcón, que también disfruta de los trozos de carne que su dueño le da cuando se posa en su hombro o brazo.
“No son mascotas. Es en realidad una relación en que tú tienes que aprender lo que el necesita y a sacarlo donde él tiene que volar, y respetar las costumbres del. Que cace, que vuele, que si no quiere volar, no forzarlo y que este descansando”, añadió Ariel Marinkovic, aficionado del parapente.
Marinkovic construyó una gran jaula en el patio de su casa. Solo amarra a Hook en la ciudad porque en caso de escapar, puede electrocutarse o ser atropellado por un vehículo.
El hombre ve al halcón como un compañero de cacería, más que como a una mascota.
También niega haber domesticado al animal y asegura que el ave lo ha arrastrado a él a la naturaleza. Texto, foto y video de AFP.
