Alfredo Hawit Banegas, expresidente del Federación Nacional Autónoma de Fútbol de Honduras (Fenafuth) y de la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) vive horas determinantes para determinar su proceso de extradición a Estados Unidos.
El dirigente deportivo hondureño entró en un periodo definitivo para decidir si acepta o no, en una nueva audiencia, el proceso de extradición a Estados Unidos, en donde es señalado por la Fiscalía General de ese país por estar involucrado en el escándalo denominado Fifagate.
El también vicepresidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (Fifa) fue detenido el 3 de diciembre en un hotel de Zurich, Suiza, junto a otros dirigentes previo a una reunión del comité del organismo deportivo.
En esa redada cayó además el presidente de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, quien ya fue extraditado hacia Estados Unidos y se presentó ante la Corte del Distrito Este de Nueva York en donde recibió libertad tras el pago de una fianza de 20 millones de dólares.
Ante esa misma corte también se presentó el expresidente de Honduras y de la Fenafuth, Rafael Leonardo Callejas, involucrado en el escándalo y quien se entregó voluntariamente a la justicia estadounidense.
Callejas pasó dos días detenido en el Centro de Detenciones de Brooklyn y salió en libertad tras pagar 810 mil dólares de una fianza global de cuatro millones de dólares.
Además de Hawit, Callejas y Napout, trece altos dirigentes y exdirigentes del fútbol de las Américas fueron imputados, entre ellos los brasileños Ricardo Texeira, el ex 'todopoderoso' presidente de la Confederación Brasileña (CBF) y exvice de la FIFA y la Conmebol; el titular de la CBF, Marco Polo del Nero y exmiembro del comité ejecutivo de la FIFA, el presidente de la Federación Ecuatoriana Luis Chiriboga, y los argentinos Eduardo Deluca y José Luis Meiszner, exsecretarios de la Conmebol.
Semanas antes de que se destapara esta nueva olla, los presidentes de la Federaciones colombiana y chilena, Luis Bedoya y Sergio Jadue, el primero miembro del comité ejecutivo de la FIFA y el segundo vicepresidente de la Conmebol, renunciaron sorpresivamente a sus cargos y viajaron a Estados Unidos para negociar con la Justicia de ese país a cambio de condenas benévolas.
Ambos directivos fueron imputados en la orden judicial de diciembre y gozan actualmente de la libertad bajo fianza.
El escándalo de corrupción en el fútbol, llamado 'FIFAgate', parece no terminar, y Lynch prometió que su misión será 'limpiar' el rey de los deportes. En pocas palabras quiso decir que 'la pelota no se mancha'.