Las esperanzas de don Celestino Mendoza de volver a ver a su hijo Vladimir con vida se desvanecieron este viernes con la noticia del hallazgo del cuerpo del infortunado joven que fue arrastrado la noche del jueves por las aguas de la quebrada El Sapo de Tegucigalpa, mientras ayudaba a sus vecinos.
Recordando los últimos momentos de vida de Vladimir, que le fueron relatados por otro de sus hijos, don Celestino narró que al joven le decían “quitate de ahí, venite, venite y el nunca hizo caso”, refirió el acongojado padre.
Vladimir Oquelí Mendoza, de 25 años murió ahogado luego de ser llevado por las aguas de la referida quebrada la noche del jueves 4 de octubre, cuando ayudaba a sus vecinos en la colonia Tres de Mayo, ubicado en el sector Los Mangos de Tegucigalpa.
“Nosotros toda la vida hemos sido colaboradores, dondequiera que miremos un peligro para las demás personas, y por eso él fracasó, por venir a ayudar a un amigo”, contaba don Celestino en una entrevista con los medios.
Según el relato del atribulado padre, Vladimir se encontraba subido sobre un muro que cedió ante la fuerza de las aguas y aunque le advirtieron del peligro, ya era muy tarde, pues el muro cayó y Vladimir junto con él. La fuerte corriente hizo el resto.
Don Celesitino señaló que él trató de darles un buen ejemplo a sus hijos y procuró darles buenos consejos, gracias a lo cual todos ellos, incluido Vladimir, crecieron como personas trabajadoras y solidarias.
“Desde que estaban pequeñitos me ayudaban a sacar arena para vender y les repartía el dinero cuando la vendían para que compraran cosas que les gustaran”, dijo Celestino sobre la forma en la que acostumbraba recompensar el duro trabajo de sus hijos.