La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) bajó este viernes a de roja a alerta amarilla la medida emitida por las intensas lluvias que afectan a Honduras.
La alerta amarilla es para nueve departamentos, mientras dos siguen bajo alerta verde. En el caso de los municipios aledaños al río Ulúa, en el valle de Sula, bajan a amarillo.
Las autoridades de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) bajaron a alerta amarilla las medidas preventivas en al menos nueve departamentos del país, mientras que dos más permanecen bajo alerta verde debido a los efectos de las lluvias que continúa dejando.
Esos son: Pimienta, Villanueva, Potrerillos y San Manuel, en Cortés, así como en El Progreso, Santa Rita y El Negrito en Yoro, y hasta El Ramal del Tigre en Tela, Atlántida, y Alianza en Valle.
Además, los departamentos de Santa Bárbara, Ocotepeque, Copán, Lempira, Cortés, Comayagua, Intibucá, Valle, Choluteca y el Distrito Central, Francisco Morazán.
La alerta verde fue extendida para La Paz y Francisco Morazán durante 24 horas, a partir de las 6:00 de la mañana de este viernes 19 de septiembre.
Según el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), una vaguada continúa generando abundante nubosidad, lluvias y chubascos débiles a moderados, ocasionalmente fuertes y dispersos, acompañados de tormentas eléctricas. Los mayores acumulados de precipitación se esperan en el sur, suroccidente, occidente y áreas del centro del país.
Prevención
Las autoridades municipales, Codem y Codeles deben mantener constante observación de cualquier amenaza que pueda perjudicar a la población, especialmente a quienes residen en zonas vulnerables.
A las personas que viven cerca de ríos o en áreas propensas a deslizamientos, derrumbes, deslaves, hundimientos e inundaciones se les pide tomar medidas preventivas y evitar cruzar vados, ríos y quebradas crecidas.
Se recomienda continuar con labores de aseguramiento de techos, así como limpieza de cunetas, tragantes y desagües para prevenir inundaciones urbanas repentinas.
Los entes de primera respuesta deberán realizar evacuaciones obligatorias en aquellas zonas donde exista amenaza inminente para la vida humana.