Tegucigalpa, Honduras.
Muchos nacen en la cárcel y otros viven con sus madres sus primeros tres años de vida. Es la realidad de los niños que viven tras las rejas con sus progenitoras.
Actualmente hay unos 32 menores que están “recluidos” en la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) con sus madres.
Según informes de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y la Familia (Dinaf), estos menores no pueden vivir con sus madres por un período mayor de tres años.
Luego de este tiempo, los niños deben ser entregados a sus familiares más cercanos.
En una visita reciente de la Dinaf a este centro de prisión contó que hay otras 15 reclusas que están en estado de gestación.
Las féminas son separadas en pabellones donde pueden convivir con su hijos; en cada uno de estos espacios hay un promedio de 10 madres.
Las autoridades de la Dinaf informaron que se harán las gestiones para llegar a los niños con metodologías aplicadas en materia de estimulación temprana.
Mientras que a las madres se les brindará acompañamiento sicológico para su reinserción social.
Además, ya se inició un proceso de inscripción en el Registro Nacional de las Personas (RNP), con la finalidad que los infantes puedan gozar del derecho a un nombre y un apellido.
De igual forma, se elaboró un registro de las madres que tienen a sus hijos al cuidado de las organizaciones no gubernamentales y que desconocen de su paradero.
Según el equipo de Protección de Derechos de la Dinaf, darán seguimiento a las acciones que se han iniciado para garantizar la protección de derechos a los menores.
Muchos nacen en la cárcel y otros viven con sus madres sus primeros tres años de vida. Es la realidad de los niños que viven tras las rejas con sus progenitoras.
Actualmente hay unos 32 menores que están “recluidos” en la Penitenciaria Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) con sus madres.
Según informes de la Dirección de la Niñez, Adolescencia y la Familia (Dinaf), estos menores no pueden vivir con sus madres por un período mayor de tres años.
Luego de este tiempo, los niños deben ser entregados a sus familiares más cercanos.
En una visita reciente de la Dinaf a este centro de prisión contó que hay otras 15 reclusas que están en estado de gestación.
Las féminas son separadas en pabellones donde pueden convivir con su hijos; en cada uno de estos espacios hay un promedio de 10 madres.
Las autoridades de la Dinaf informaron que se harán las gestiones para llegar a los niños con metodologías aplicadas en materia de estimulación temprana.
Mientras que a las madres se les brindará acompañamiento sicológico para su reinserción social.
Además, ya se inició un proceso de inscripción en el Registro Nacional de las Personas (RNP), con la finalidad que los infantes puedan gozar del derecho a un nombre y un apellido.
De igual forma, se elaboró un registro de las madres que tienen a sus hijos al cuidado de las organizaciones no gubernamentales y que desconocen de su paradero.
Según el equipo de Protección de Derechos de la Dinaf, darán seguimiento a las acciones que se han iniciado para garantizar la protección de derechos a los menores.