Carlos “El Muco” Emilio Arita, viejo sicario del cartel de los Valle Valle, construyó un cementerio clandestino con una retroexcavadora, de acuerdo con un informe de la inteligencia policial hondureña, al que Infobae tuvo acceso.
El extraditado hondureño trabajó para el clan de Los Valle y hora está preso en Estados Unidos.
“El Muco” pidió prestada a su patrón Miguel Arnulfo Valle la máquina retroexcavadora que acababa de comprar para usar en sus extensas haciendas en las montañas de Copán, occidente de Honduras.Miguel Arnulfo se la dio por tres días y ese mismo día “El Muco” desapareció montaña adentro.
A la semana que regresó para devolver la retroexcavadora, sonrió y dijo: “Gracias, don Arnulfo, me ahorré buen trabajo”. En Copán, donde era conocido como “El Muco”, “Milo” o “El Toro”, aún se escuchan los relatos de sus días como sicario de Los Valle Valle.
Lo que Carlos Emilio Arita hizo con la retroexcavadora es un cementerio clandestino masivo para enterrar a todas sus víctimas, a las que él había matado por cuenta propia y a las que había despachado por órdenes de Miguel Arnulfo y Luis Alonso Valle.
La historia de la máquina retroexcavadora la cuenta un exfuncionario de la zona que ha acompañado a Infobae durante varios recorridos por La Entrada, El Espíritu, Santa Rosa y otros pueblos y caminos de Copán. “El era el hombre de confianza de Los Valle para el sicariato”, reveló.
“La había pedido (la máquina) por tres días, pero la tuvo una semana. La había estado usando para hacer tumbas; no estar excavando tumba por tumba, sino ayudarse de la retro para eso, para enterrar a la gente a la que iba matando”, cuenta el exfuncionario, quien habla desde el anonimato por su seguridad y la de su familia.

El regreso de carteles
La huella del clan Valle sigue presente en Copán y las actividades del grupo han vuelto a retomar fuerza durante el gobierno de la presidenta Xiomara Castro de acuerdo con un informe de inteligencia policial al que Infobae ha tenido acceso.La Policía de Honduras supo del cementerio clandestino de Arita en las montañas de Copán, pero nunca llegó a intervenirlo.
Incluso, dice un oficial de la Policía Nacional que entre 2012 y 2016 siguió la pista a Los Valle y sus herederos, la inteligencia antidrogas hondureña supo que el de “El Muco” no era el único depósito de cadáveres en Copán en aquella época.
De acuerdo con las investigaciones que agentes policiales y fiscales estadounidenses han escrito en centenares de folios anexos a procesos judiciales contra narcos y políticos hondureños, uno de los principales argumentos del clan de los Valle Valle fue siempre la violencia.
Pero incluso para Los Valle la forma en que “El Muco” ejercía esa violencia era a veces demasiado. Un religioso hondureño que fue párroco en una iglesia en Santa Rosa de Copán cuenta que Carlos Emilio Arita tenía bajo su mando a un pequeño ejército de sicarios a quienes nadie se atrevía a mirar de frente.
“Eran la mayoría güirros (jóvenes) que andaban armados y a los que todos le tenían miedo”, cuenta el sacerdote, quien asegura haber escuchado historias sobre violaciones de niñas atribuidas al grupo de “El Muco”.
Cuando su operación de narcotráfico era ya demasiado visible para las autoridades hondureñas y estadounidenses que les seguían la pista desde principios de la década pasada, Los Valle tenían que hacer esfuerzos extra para contener a su jefe de sicarios, según cuenta el exfuncionario de Copán.
“Los Valle lo mantenían bajo control para que no tomara (bebidas alcohólicas) porque cuando tomaba él se enloquecía y armaba escándalos públicos disparando sus armas largas, atemorizando a la población.
Cuando se les salía de control a Los Valle tenían que ir a desarmarlo y a tratarlo porque se enloquecía completamente”, dice.Tras la captura de Los Valle quedó Carlos Emilio Arita, “El Muco”, como jefe interino del clan, según algunas versiones policiales.
“Lo de él no era mandar, era matar”, dice un investigador hondureño. Lo cierto es que “El Muco” huyó a Guatemala poco después de la captura de sus jefes y desde ahí operó por un tiempo, moviendo parte de los cientos de kilos de cocaína que seguían llegando a Copán.
En octubre de 2015, un año después que Los Valle, El Muco también cayó.
El 2 de octubre de 2015, la policía guatemalteca capturó en la ciudad portuaria de Izabal, en la zona fronteriza con Honduras, a un hondureño que se identificó como Porfirio Montúfar Arita.
Las investigaciones habían determinado que se trataba, en realidad, del sicario de Los Valle.
Carlos Emilio Arita fue extraditado en febrero de 2016 a Estados Unidos, donde fue condenado a 20 años y seis meses y quedará en libertad hasta el 6 de agosto del 2037.
Fuente: Infobae.com