La advertencia emitida por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos caló en la clase política hondureña.
El inicio del escrutinio especial por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) es una de las muestras más visibles del impacto que tuvo ese pronunciamiento.
A través de su cuenta oficial en la red social X, la Oficina publicó el siguiente mensaje: “En Honduras, el Consejo Nacional Electoral (CNE) debe iniciar de inmediato el proceso de escrutinio especial para finalizar los resultados oficiales. Cualquier llamado a perturbar el orden público o la labor del CNE tendrá consecuencias”.
Para Julieta Castellanos, socióloga y exrectora de la Unah, el mensaje enviado desde Estados Unidos obedece, en gran medida, a que ese país reconoce la debilidad de las estructuras institucionales hondureñas para ejercer control efectivo sobre los procesos electorales.
La excatedrática, vinculada a organizaciones de la sociedad civil, agregó que “los mensajes que han surgido desde Estados Unidos obedecen a que han observado toda esa manipulación y ese control, y al antecedente del caso venezolano, donde Nicolás Maduro nunca mostró las actas con las que aseguró haber ganado y aun así permanece en el poder”.
Melissa Elvir, directora ejecutiva de la Federación de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo de Honduras (Foprideh), consideró que el pronunciamiento estadounidense “es un mensaje muy claro de que no solo los ojos de la ciudadanía hondureña están puestos en los resultados y en la declaratoria que debe emitir el CNE, a más tardar el 30 de diciembre, sino también los de la comunidad internacional y de países aliados que mantienen relaciones de cooperación con Honduras”.