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En La Unión, un municipio enclavado en las montañas del norte Lempira, occidente de Honduras, los dólares enviados desde Estados Unidos transforman aceleradamente la vida de decenas de familias que durante décadas dependieron precariamente de la agricultura.
Lo que antes era una comunidad (de más de 15,000 habitantes) sostenida principalmente por el café, hoy goza de nuevas oportunidades impulsadas por el esfuerzo de migrantes que mensualmente envían remesas para sufragar los gastos familiares, matricular a sus hijos hasta en una escuela bilingüe y construir casas amplias y modernas de bloques de concreto.
Este fenómeno no solo ha mejorado las condiciones de vida de los receptores de remesas, sino que permite el surgimiento de nuevos negocios, como ferreterías, pastelerías, cafés, gasolineras y otros establecimientos comerciales que emplean a personas locales que antes no encontraban trabajos en el mercado local.
Pero en los últimos días, en medio de este pequeño milagro económico, los unionenses que reciben dólares se han sentido “tristes y preocupados” porque la administración de Donald Trump le impondrá un impuesto de 3.5% a las remesas, lo cual reduciría la cantidad de dinero que recibirían.
Kelvin Espinoza, propietario del establecimiento comercial denominado Donde Kelvin, ubicado en el centro de La Unión, es testigo directo de esta transformación y de la preocupación de los clientes que todos los días llegan a retirar remesas, incluidos, algunos de aldeas cercanas del municipio de La Iguala.
“Los dólares enviados por las personas que han emigrado a Estados Unidos están ayudando a desarrollar a las familias que antes no tenían oportunidades económicas, lamentablemente, si Trump le pone un impuesto a las remesas, La Unión y todo el país se vería afectado”, pronostica.
El negocio de Kelvin es un punto popular y clave entre los unionenses. Este pequeño establecimiento es intermediario de envíos de documentos, medicinas y paquetes y, además, es agente autorizado de remesadoras utilizadas por los hondureños en territorio norteamericano.
“El flujo de remesas es muy importante para el país y para municipios como La Unión, que hace algunos años solamente dependían de la producción de café. Hoy, la economía de este municipio depende en un 70% de las remesas y en un 30 % del café y creo que eso sucede en muchos municipios del país”, afirma.
“Todas esas casas que se ven de techo rojo han sido mejoraras o construidas por personas de La Unión que están en Estados Unidos. Esto ayuda no solo a las familias, sino a las ferreterías y a otros negocios que hay en el municipio”.
Gracias a las remesas, los hermanos y el padre de Melisa Pineda, estudiante de psicología de 28 años, han construido cuatro casas "que ofrecen mejores condiciones" en menos de 8 años que habitarán al regresar de Estados Unidos una vez que ellos hayan alcanzado los objetivos económicos.
“Mis hermanos, mi papá emigraron a Estados Unidos en diferentes años. Mi esposo ha sido el último en viajar. Pero desde hace seis años recibo remesas con las cuales he logrado también estudiar psicología en una universidad de Santa Bárbara”, dice Pineda, a quien solo le restan seis clases para obtener el título.
Con los dólares que está enviando su esposo tiene planeado pagar los estudios de su niña en el centro educativo bilingüe Abundant Life Christian School (ALCS), fundado por la Iglesia Cristiana Vida Abundante, el cual se ha convertido en un relevante agente de cambio dentro del municipio porque, con el inglés y su modelo de enseñanza, abre las puertas a egresados para obtener becas en universidades de Estados Unidos.
“Y con las remesas, espero matricular a mi niña cuando tenga cuatro años y medio en la escuela bilingüe de aquí de La Unión, donde también estudian otros niños de padres que están en Estados Unidos. Las familias y todo el municipio de La Unión estamos logrando lo que no pudimos que alcanzar con el café, que también sigue siendo importante”, añade Pineda.
Pero a Pineda, al igual que a otras personas consultadas por La Prensa, le preocupa que ese progreso, reflejado en la sustitución de casas de adobe de tierra por casas de bloque de concreto, sufra un estancamiento por la imposición de impuestos por el gobierno de Donald Trump.
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este mes el proyecto de ley The One, Big, Beautiful Bill que impone (según sección 112105) un impuesto del 3.5% a las transferencias realizadas desde Estados Unidos por medio de remesadoras calificadas. El impuesto entrará en vigencia una vez sea aprobado por el Senado y firmado por Trump.
Pese a la ofensiva que mantiene Trump cotra la migración, lo cual incluye este impuesto, Honduras no ha registrado una reducción en las remesas. Según el Banco Central de Honduras (BCH), hasta abril, el país captó $3,608.9 millones, una cifra superior a los primeros cuatro meses de 2024, $2,983.1 millones.
Al concluir 2025, Honduras habrá recibido $10,259.7 millones en remesas, más que en 2024, $9,823.5 millones, de acuerdo con las proyecciones del BCH consignadas en el Programa Monetario 2025-2026.