La Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (Dnvt) intensificó durante este fin de semana los operativos de control de alcoholemia en diversos puntos estratégicos de la ciudad, con el objetivo de reducir los accidentes de tránsito relacionados con el consumo de alcohol, especialmente durante las horas nocturnas y de madrugada.
Los operativos, que se realizaron principalmente en las primeras horas de la madrugada, fueron enfocados en áreas con alta circulación vehicular y en zonas de mayor riesgo de accidentes.
Esta acción formó parte de una estrategia integral que buscó garantizar la seguridad vial y prevenir tragedias derivadas de conductores bajo los efectos del alcohol.
De acuerdo con la Ley de Tránsito, específicamente el artículo 98, inciso 16, el límite legal de alcohol en sangre para conductores particulares establece 0.5 gramos por litro, mientras que para conductores profesionales define un máximo de 0.2 gramos.
Para la realización de estas pruebas, Tránsito utilizó etilómetros debidamente calibrados, asegurando mediciones precisas y rápidas de la concentración alcohólica en los conductores.
Los conductores que sobrepasaron los niveles permitidos de alcohol enfrentaron severas sanciones. Estas incluyeron multas económicas, que variaron en función de la infracción cometida y, en casos más graves, la suspensión temporal o permanente de la licencia de conducir.
Además, en situaciones donde los niveles de alcohol fueron excesivos o se presentaron circunstancias que agravaron la situación, los infractores pudieron ser procesados judicialmente por delitos relacionados con la conducción bajo los efectos del alcohol.
Con la implementación de estos operativos periódicos, la Tránsito reiteró su compromiso de continuar con estas acciones preventivas, las cuales buscan reducir significativamente los accidentes de tránsito y promover un entorno vial más seguro para todos los habitantes de San Pedro Sula.
En Honduras, los accidentes de tránsito se han convertido en un grave problema de salud pública, posicionándose como la segunda causa de muerte en el país, según datos recientes de instituciones de salud y seguridad vial. Esta situación preocupa tanto a autoridades como a la población, ya que sus efectos se sienten no solo en las víctimas directas, sino también en sus familias y en la sociedad en general.
Cada año, miles de personas resultan heridas o pierden la vida en accidentes de tránsito. Las estadísticas muestran que los jóvenes entre 15 y 35 años son los más afectados, y que la mayoría de los incidentes ocurren en zonas urbanas, especialmente en carreteras y avenidas con alto flujo vehicular. Entre los factores más comunes se encuentran: exceso de velocidad, conducción bajo efectos del alcohol o drogas, desobedecer señales de tránsito, dalta de uso de cinturón de seguridad o casco, condiciones deficientes de las carreteras.