Puerto, Cortés, Honduras
Como un verdadero infierno aduanero califican importadores y agentes de aduanas la exagerada lentitud y atrasos con la que se realizan los trámites en la terminal de contenedores de Puerto Cortés.
En las aduanas de El Poy, en la frontera con El Salvador, y Agua Caliente, en la frontera con Guatemala, los transportistas pasan hasta dos, tres o más días haciendo fila para llegar a revisión y ahí la demora se extiende otros dos días para poder salir o entrar de la aduana hondureña.
Estos atrasos severos han golpeado al comercio en plena época navideña y ha provocado que se disparen los precios afectando a los consumidores. Incontables importadores y agentes aduaneros afirman que de nada sirve que la terminal porteña haya sido concesionada a la Operadora Portuaria Centroamericana (OPC) y que haya más agilidad en la carga y descarga de contenedores, si hay un cuello de botella en las aduanas y culpan a la Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI).
En la terminal, según usuarios, hay poco personal de la DEI y estos piden documentación en exceso lo que provoca una exasperante lentitud y pagos adicionales al excederse el tiempo de alquiler de contenedores y uso de instalaciones aduaneras. Ese pago adicional es trasladado al bolsillo del consumidor.
El agente explicó a LA PRENSA cómo se disparan los costos de los usuarios por el letargo aduanero en la terminal de contenedores.
“Primero es que se ocupa un 60% más de personal de la DEI en la aduana. Los atrasos quintuplican los costos de los importadores. Unos pagan 20,000, algunos 30,000 y otros hasta 50,000 lempiras (unos 2,300 dólares) solo por sobreestadías, porque pagan por usar el contenedor y por usar las instalaciones del puerto”.
“Hay gastos extras por todos lados y eso va a dar a la canasta básica y los costos del consumidor final”, indicó el agente aduanero, quien explicó por qué pidió que su nombre no fuera revelado.
“En la aduanas toman represalias contra quienes denuncian el problema. Nos retrasan los trámites, nos acusan sin razón de irregularidades y nos vuelven imposible trabajar”, confesó.
Grandes acumulaciones de contenedores se dan en Puerto Cortés.
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Coimas
Otro agente aduanero de Puerto Cortés aseguró que hay personal de la DEI aprovechando el problema.
“Se ha disparado la corrupción de los funcionarios de la DEI porque la única manera de que el funcionario acelere su trabajo es pagándole bajo la mesa y no estoy hablando de contrabando, hablo de que hay que pagarles para que hagan los trámites legales, pero rápido”, indicó.
El aduanero aseguró que los importadores ofrecen estos sobornos “porque les sale infinitamente más barato pagar 2,000 lempiras (unos 90 dólares) a un funcionario de las aduanas que pagar hasta 50,000 lempiras (unos 2,300 dólares) de sobreestadía”.
Dijo que hay personal de la DEI que con su “lentitud intencional” en los trámites orillan al importador a ofrecerles coimas. La versión no pudo ser confirmada por ningún funcionario.
“Hay mucho comerciante viendo si trae por Guatemala su producto, porque al final sale más barato que estar pagando sobreestadías”.
En distintas entrevistas, los representantes de OPC, que operan la terminal de contenedores, han expresado que ellos se limitan a respetar “los procedimientos que hacen los entes del Gobierno de Honduras, sea por seguridad, salud o recaudación fiscal”.
Entretanto, en múltiples presentaciones públicas la directora de la DEI, Miriam Guzmán, ha expresado que la revisión acuciosa de contenedores “no gusta a muchos importadores porque están haciendo contrabando” y esa práctica se está controlando en su administración.
Abandono
María Antonia Rivera, coordinadora de la Comisión de Competitividad de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), declaró que “hay más de 300 contenedores en las instalaciones de Puerto Cortés y las bodegas están saturadas y gran parte de eso está en abandono”.
“La DEI ya tiene un equipo para hacer un inventario para luego subastar la mercadería y liberar el espacio”, indicó Rivera.
“Se está haciendo un análisis para modernizar los sistemas, que en vez de escáner se pongan rayos láser el próximo año”, declaró. Reveló que “hay un compromiso formal de la directora de la DEI de que en la semana del 20 de noviembre tendrá 15 personas más que distribuirá entre las aduanas de Puerto Cortés y La Mesa en el aeropuerto Ramón Villeda Morales”, declaró.
Rivera expresó que “hace falta personal del Ministerio de Salud porque creo que es extremadamente poca la gente que hay en esta área. Entra cualquier cantidad de productos perecederos, pero que sea revisado cuesta demasiado”, afirmó.
Rivera agregó: “Hay que hacer más expeditos los trámites aduaneros y hay el compromiso de que se creará un nuevo código aduanero”, dijo.
El canal rojo es donde el proceso es más lento.
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Canal rojo, “terror” de los importadores en Portuaria
El mayor temor de los importadores al recibir sus contenedores en Puerto Cortés es que estos sean enviados al “canal rojo”, que es donde más tardan en salir.
Primero los barcos llegan y descargan los contenedores en la terminal manejada por OPC. Según su procedencia, contenido o documentación, unos se envían al canal verde, que es la vía rápida y puede salir en unas 48 horas; si van al canal amarillo, donde se le pide documentación extra y pueden salir en tres o cuatro días, o si van al “canal rojo”, que es donde se revisa todo lo que viene en el contenedor y tarda varios días en salir, tanto por las inspecciones como por el poco personal para hacerlas. Los contenedores pasan por un escáner de rayos gamma, el cual, según usuarios, está mal ubicado, pues causa congestionamiento.
Según Miriam Guzmán, directora de la DEI, las revisiones rigurosas son “para evitar la evasión fiscal y por seguridad”. Guzmán aceptó que ahora se pide más documentación por la mercadería, pero dijo que es para mejorar la recaudación fiscal.