La presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rebeca Ráquel Obando, consumó un zarpazo a la institucionalidad y la democracia al otorgar la titularidad de la Sala Constitucional al magistrado de corte liberal, Wagner Vallecillo, irrespentando el orden de precedencia establecido en el reglamento interno de ese poder del Estado.
De acuerdo a la normativa, corresponde al magistrado Luis Fernando Padilla, de afinidad nacionalista, asumir la presidencia de la Sala Constitucional a partir del 17 de febrero de 2024.
La determinación de Ráquel Obando fue rechazada por el propio magistrado Wagner Vallecillo, quién debe ejercer la titularidad de la Sala hasta en 2025.
Sin embargo, diversos sectores de la sociedad civil y la oposición política, cuestionaron y calificaron como un golpe a la democracia las decisiones de Obando.
El Bloque de Oposición Ciudadana (BOC), calificó la determinación como “un golpe más a la democracia de nuestro país, no permitiremos que sigan con sus ilegalidades pretendiendo quedarse en el poder. ¡El pueblo no los soporta más! Tomaremos acciones”.
La diputada nacionalista, Merary Díaz, manifestó: “Zarpazo en la Corte Suprema de Justicia, la Presidenta de la Corte Rebeca Raquel demuestra que solo obedece a los intereses de Xiomara Castro y Manuel Zelaya y no los del pueblo, eso que lo prometió ante la Constitución. Hoy saca las uñas para dar a conocer de qué lado está. El gobierno saldrá con cortinas de humo para tratar de pasar desapercibido el golpe a la Sala Constitucional”
Mientras que el representante de la sociedad civil, Rafael Jérez, advirtió que “todos aquellos magistrados de la CSJ que se presten a directrices políticas, de cualquier partido, hoy podrán sentir protección política, pero eventualmente van a salir del cargo, y lo harán con todo el desprestigio que viene consigo de ser nada más que un instrumento”.
