Honduras
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El sector arrocero está “agonizando” y advierte que, de seguir sin apoyo ni incentivos por parte del Gobierno, los hondureños terminarán consumiendo el 100 % del arroz importado desde Estados Unidos, lo que encarecerá aún más el producto.
Con el paso de los años, la producción nacional de arroz se ha reducido en más de medio millón de quintales, y más de 1,400 familias han abandonado el rubro para dedicarse a otras actividades en Honduras.
En 2018, la producción anual de arroz era de aproximadamente 1.2 millones de quintales. Para 2021, descendió a 903,661.92 quintales, y en 2023 y 2024 cayó a unos 500,000. Para este año, apenas llegará a 400 mil quintales, con suerte, según estimaciones de los productores.
Actualmente, el 90 % del arroz que consumen los hondureños es importado desde Estados Unidos, y apenas un 10 % se produce a nivel nacional.
Fredy Torres, presidente de la Asociación Hondureña de Agricultores y representante del sector arrocero, informó que uno de los retos actuales es que el Gobierno, a través de las secretarías de Agricultura y Ganadería y de Desarrollo Económico, ha intentado eliminar el convenio entre agroindustriales y productores, que establece parámetros de calidad, precio de garantía y compra.
“Intentaron eliminarlo, ellos (las secretarías) quisieron homologarlo con el convenio del maíz, y nosotros les explicamos que ese es diferente: es un convenio elevado a acuerdo ejecutivo y se firma anualmente. En cambio, el convenio del arroz es privado, firmado entre agroindustriales y productores, y tiene vigencia indefinida”, explicó Torres.
En 2024, la producción fue de 502,087.42 quintales. Solo en lo que va de 2025 ya se reporta una disminución de 45,000 quintales en comparación con el mismo período del año anterior. Se prevé cerrar el año con apenas 400 mil quintales. “La mayor parte de los productores ya no quiere sembrar”, lamentó.
Torres recuerda que en 2015, con una barrera arancelaria del 45 %, se logró una cifra récord de 1.575 millones de quintales. “Hemos perdido el 66 % de la producción nacional”.
Hasta 2024, había unos 267 productores de arroz en el país. En 2023 eran 455 y, en 2018, un total de 1,673. Es decir, ha habido una drástica disminución. “Los productores jóvenes ya están en Estados Unidos. Estamos exportando productores. Hay desmotivación en el campo”, denunció.
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Los hondureños consumen unos cinco millones de quintales de arroz al año. Entre los problemas que enfrenta el sector destacan la falta de financiamiento, la inexistencia de una garantía de compra y la ausencia de políticas gubernamentales que mantengan a los agricultores en el campo.
Ramón Rodríguez, productor de arroz en Colón y Olancho, indicó que Colón es el mayor productor del grano en el país. Sin embargo, al igual que en otros sectores agrícolas, el cambio climático y los fenómenos naturales han provocado una reducción considerable de la cosecha. “Estamos a punto de desaparecer”, advirtió.
La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) no cuenta con centros experimentales activos para la producción de semilla certificada de arroz. Algunos productores, con esfuerzo, viajan a Nicaragua a adquirirla.
“Le propusimos al Gobierno un proyecto privado de producción de arroz para semilla, pero ya llevamos seis meses gestionando el financiamiento sin respuesta”, contó.
Aunque existen bonos de incentivo para otros rubros, los productores de arroz no gozan de este beneficio desde hace unos cuatro años, sostiene Rodríguez. Antes recibían 200 libras de semilla y dos quintales de fertilizante por manzana sembrada.
En la zona norte, la siembra inicia en septiembre y la cosecha sale en enero. En Comayagua e Intibucá, la siembra comienza este mes y la cosecha se da entre noviembre y diciembre.
Rodríguez detalló que hace unos años, unas 20,000 familias dependían del sector arrocero. Actualmente, la cifra se ha reducido a 6,000. “Necesitamos sistemas de riego, financiamiento oportuno y a largo plazo, para ir pagando a medida que vamos produciendo”.
Los productores quieren que el Gobierno los vea como aliados e incentive la producción nacional. Pero para comenzar, aseguran, necesitan ser escuchados.
Carlos Tosta, productor de arroz en Jesús de Otoro, Intibucá, explicó que la caída de la producción se debe tanto al cambio climático como a la apatía de los gobiernos, que no han apoyado al productor en su lucha por hacer crecer la agricultura.
“No hay deseo de estar en el campo”, acotó. Prueba de ello es que antes, en Jesús de Otoro, se sembraban unas 2,400 manzanas de arroz; el año pasado fueron solo 600, y este año se prevé que bajen a 400.
Los altos costos de insumos y el elevado endeudamiento tienen acorralados a los agricultores, quienes no tienen ningún acercamiento con las autoridades de la SAG.
“No les interesa el campo, solo es política. No se preocupan por la producción. Eso va a repercutir en la canasta básica: ya está cara, y se pondrá más cara porque no hay apoyo al sector productivo”, enfatizó Tosta.
En la región centroamericana, Honduras está muy por debajo en producción de arroz en comparación con Guatemala, Nicaragua y El Salvador.
El sector agropecuario solicita al Gobierno un subsidio para préstamos de entre uno y tres millones de lempiras, argumentando que esta medida ayudaría a sacar de la crisis al productor nacional y reactivar el agro. Hasta ahora, no han recibido respuesta.
“Tenemos tres años y medio esperando una reunión con la presidenta Xiomara Castro, y no se ha podido. Nos han dado atol con el dedo”, aseveró Tosta.