El conflicto entre las enfermeras y enfermeros auxiliares y la Secretaría de Salud entró en una fase de mayor tensión, luego de que las autoridades elevaran el nivel de confrontación contra quienes participan en las manifestaciones.
Las protestas se replicaron ayer en varias regiones del país por quinto día consecutivo, pese a las advertencias oficiales de sanciones administrativas, despidos y el reemplazo de personal.
En la capital, los manifestantes se concentraron frente al Centro de Salud Alonso Suazo, en el barrio Morazán, donde denunciaron que las autoridades les restringieron el acceso a las instalaciones.
Josué Orellana, presidente de la Asociación Nacional de Enfermeros y Enfermeras Auxiliares de Honduras (Aneeah), cuestionó la actitud de la ministra de Salud.
“Hay una confrontación directa de la titular de Salud hacia el gremio de enfermería; decirles a las enfermeras cualquier serie de acciones que son insultos es un atropello a la dignidad y no construye en este intento de poder llegar a un acuerdo”, declaró.
El diputado del PSH, doctor Carlos Umaña, se sumó a las críticas y calificó la postura de Salud como un “error monumental”. “Eso está haciendo que las y los enfermeros se enardezcan cada día más y la brecha sea más grande cada día”, expresó.
Ante el recrudecimiento de la crisis, la Aneeah ha solicitado la intervención de Sarahí Cerna como mediadora para buscar una salida al conflicto.
La presión no se limita a Tegucigalpa: las protestas de la ANEEAH se extendieron al menos hasta cuatro días consecutivos, con movilizaciones frente a la Casa Presidencial y cierres de carreteras y centros asistenciales en Colón, Atlántida, Cortés y Yoro.
Allí, los manifestantes insistieron en reclamar derechos ya acordados —como el pago retroactivo por zonaje, mejoras salariales y regularización de pagos atrasados— mientras denunciaban incumplimientos persistentes por parte de la Secretaría de Salud.
Las tensiones han escalado también por declaraciones oficiales. La ministra Carla Paredes afirmó que “no le deben nada a la Aneeah”, argumentando que las auxiliares están recibiendo todos sus beneficios laborales, incluidos días laborados, bonos de riesgo y vacaciones, y que no hay fundamento legal para las protestas.
Mientras tanto, Umaña urgió a la presidenta Xiomara Castro a intervenir, defendiendo que “los verdaderos héroes son las enfermeras” y denunciando que muchas acusaciones gubernamentales —como el supuesto “alimentación gourmet”— no corresponden con la realidad.