“A veces se oyen cosas tan bonitas en la familia, como un hermano o una hermana ayudan a su mamá que está solita para que pueda atender a los otros hermanos y de esto hay ejemplos preciosos; la solidaridad en la familia”, reflexionó Rodríguez.
El cardenal también señaló que si nuestro corazón está limpio de odio, de maldad, recibirá la bendición de Dios que hará justicia, al tiempo que cuestionó a quienes tienen como ídolo: el poder, el tener y el placer sin reglas morales, por lo que serán vendidos por el mundo.
Durante su mensaje Rodríguez recordó a los hondureños que no debemos temer de nada porque nuestro Dios está con nosotros y que eso nos permite tener esperanza. 'Dios no permanece indiferente ante el sufrimiento humano, ante las situaciones que señalamos en el momento, Él nunca deja de ser Dios con nosotros, de estar a nuestro lado”, indicó.
El cardenal también hizo énfasis que la Navidad viene a recordar una vez más, esa presencia salvadora de Dios en medio de su pueblo. Y que en este cuarto domingo de adviento, el mensaje valioso es acercarse a la Navidad: “Sin nosotros con Dios, no habrá Dios con Nosotros”.
Finalmente el cardenal pidió hacer una visita a alguién que nadie visita; llevarle una palabra a alguién que vive solo, porque un pequeño gesto, hasta una sonrisa, representa “el Dios con nosotros y nosotros con Dios”.