El Evangelio nos recuerda: “No lleven bolsa ni alforja ni sandalias” (Lc 10,4). Es un llamado a no aferrarnos a lo que no nos conduce a Dios. A soltar personas, espacios.
La atención a los pobres es un llamado permanente del evangelio, que nos desafía a buscar constantemente la perspectiva de los otros, a ser empáticos y actuar con amor y solidaridad.
El amor en sus diversas formas es un importante facilitador en las relaciones con los demás. Por ello ha sido tema constante para la literatura, la música y el cine.