Cada vez más personas se suman a la tendencia del détox digital para recargar energías, reducir la dependencia de la tecnología y afrontar la rutina con la mente renovada.
Desconectarse del móvil y las pantallas para darle un respiro a la mente y al cuerpo se ha convertido en una práctica en auge. En una era marcada por la hiperconexión, el teléfono acompaña las 24 horas del día, tanto para trabajar como para entretenerse o comunicarse.
Es importante no ver el smartphone como un enemigo, sino como una herramienta para construir una relación más sana con la tecnología. La clave está en establecer límites claros, aprovechar las funciones que ya tenemos disponibles y fomentar momentos de auténtica desconexión, explica Itziar Paunero, directora de marketing de SPC.
El auge del détox digital
El détox digital gana fuerza como hábito para recuperar el equilibrio entre la vida en línea y la offline. El Estudio Generación SPCial sobre hábitos de desconexión digital de los jóvenes españoles, realizado por SPC, revela que más de la mitad (56,5%) se ha planteado hacerlo y seis de cada diez conocen a alguien que ya lo ha practicado. Estos datos muestran un cambio de mentalidad en el que el bienestar digital se ha convertido en una prioridad para las nuevas generaciones.
Hoy, para realizar un détox digital no es necesario irse a una cabaña sin wifi ni cobertura. La propia tecnología puede ser aliada si se aplican pequeños cambios en el día a día.
Herramientas útiles
Los smartphones incluyen funciones diseñadas para fomentar el bienestar digital, aunque muchos usuarios las desconocen o no las utilizan.
Modo “No molestar”: silencia notificaciones en horarios definidos.
Bienestar digital: limita el tiempo de uso de aplicaciones como Instagram o TikTok.
Modo “Sin distracciones”: disponible en Ajustes > Bienestar digital y controles parentales, ayuda a reducir interrupciones.
La tendencia del dumbphone
Cada vez más personas optan por los llamados dumbphones: móviles básicos que solo permiten llamadas y SMS. Estos dispositivos ofrecen una experiencia más simple y menos invasiva, facilitando la desconexión digital.
Al no tener conexión a internet, limitan las distracciones, fomentan alternativas de ocio offline y resultan fáciles de usar. Por ello se recomiendan tanto a jóvenes como a adultos que buscan un descanso real de la hiperconexión.
Más allá de un momento puntual
Expertos coinciden en que el détox digital no debería quedarse en una acción aislada, sino integrarse en la rutina anual. Establecer espacios regulares de desconexión ayuda a proteger la salud mental, mejorar la calidad del sueño y mantener un buen rendimiento en el trabajo, los estudios y la vida personal.