La Ceiba
A finales del año 1966, cinco adolescentes —Julio Gochez, José Interiano, Óscar Rivera, Carlos “Gando” Mejía y Larry Haylock— que recién habían salido de la primaria, jugaban a ser cantantes con rudimentarios instrumentos, teniendo como escenario el icónico teatro Luis de La Ceiba, Atlántida.
Así nacieron “Los Robbins”, precursores del rock y la música tropical hondureña, de manera espontánea. Pocos años después, estos jóvenes llenos de sueños se convirtieron en ídolos de multitudes y llevarían su música y talento a otros países.
Nunca imaginaron que lo que comenzó como un juego los llevaría a abrir conciertos de grandes artistas de México, como Angélica María y Enrique Guzmán, entre otros, e incluso del mismo Frank Sinatra, cuando se presentaban en Estados Unidos.
“Acabábamos de salir de la escuela y como mi papá era el gerente del teatro Luis, donde se hacían eventos, cuando quedábamos solo nosotros, tocábamos ahí como jugando y el escenario de gente lo hacíamos como imaginario”, recordó Julio Gochez, quien para ese entonces tenía 16 años de edad.
En una de esas tocadas, los escuchó el reconocido empresario ceibeño César Nasthas Butto. Tras constatar que los muchachos tenían talento, decidió apoyarlos. Con el padrinazgo de don César, compraron instrumentos y al año siguiente se conformaron como grupo musical.
Desde que nacieron profesionalmente en 1967, Los Robbins fueron muy innovadores para su época. Fueron los primeros en traer a La Ceiba la primera guitarra eléctrica, que era la sensación entonces, y la combinaron con otros instrumentos modernos que aún no eran muy conocidos en esta región.
“Cuando don César nos escuchó estábamos cantando la canción ‘Lupe’ y ‘Popotitos’, que estaban de moda, y a él le gustó”, rememoró Gochez. Cuando ya se conformaron seriamente, varios de los jovencitos no continuaron, ya que sus padres los obligaron a seguir sus estudios.
Fue así que se integraron otros jóvenes y la banda de rock quedó conformada por Ricardo Pereira (segunda guitarra), Miguel “Mike” Mejía (cantante), Alfredo Matute (bajo), Eduardo “Guayo” Cedeño (primera guitarra), Mario Motiño (batería) y Julio Gochez (teclado y concertina), además de la segunda voz.
Los Robbins grabaron su primer disco de 45 revoluciones, con canciones que le dieron la vuelta al mundo, como “Ceibita en Verano”, contenida en el primer disco de rock grabado en Honduras. Asimismo, “Vilma”, “Mi soledad”, “Goascorán”, “El preso número 9”, “Pecado de amor” y “Brisas del Picacho”, entre otras.
Las primeras grabaciones musicales las realizaron en Costa Rica, bajo el sello discográfico Indica.
Moisés Canelo y su paso por Los Robbins
Cuando el vocalista Miguel Mejía abandonó Los Robbins a mediados de 1970 para estar más tiempo con su familia, Julio Gochez quedó como el cantante del grupo mientras se contrataba otro vocalista.
Poco después entró en escena Moisés Canelo, que para ese entonces no era conocido. Originario de Limón, departamento de Colón, se inició en Los Robbins, llegando a pedir una oportunidad como cantante, y se mantuvo en el grupo durante un año y medio.
El fallecido cantautor hondureño, Moisés Canelo habló sobre su paso por Los Robbins de La Ceiba en varias ocasiones. En una entrevista con Diario La Prensa, mencionó que su inclinación por la música comenzó desde muy joven, influenciado por su padre y la radio. Ricardo Pereira, cofundador de Los Robbins, lo escuchó cantar al estilo de Joselito y lo llevó a la radio HRD2, una de las primeras emisoras de Honduras.
Aunque por décadas se ha pensado que la canción "Noche de Luna en La Ceiba" fue grabada por Moisés Canelo con Los Robbins, su autor le confirmó a La Prensa que no.
La canción fue escrita por Carlos Luna Grajeda en 1967. La grabación no se realizó con Los Robbins, sino con Los Costeños, aunque al ser reinterpretada por Los Robbins y Moisés Canelo fue fundamental para el éxito de esta canción.
Para ese entonces, la disolución de Los Robbins era inminente, sumado a que los integrantes que habían quedado tuvieron diferencias con el mánager.
“Después de la disputa con el mánager que teníamos, una empresaria de San Pedro Sula compró el grupo y se lo llevó. Para allá se fueron todos, porque yo hacía poco me había salido. Estando allá, poco a poco se fue diluyendo con el tiempo hasta que desapareció”, apuntó Julio Gochez.
Los Robbins se disolvieron iniciando la década de 1980, dejando un legado musical en Honduras que sirvió de inspiración para que se formaran otras bandas de rock y otros géneros en el país.
¿Qué fue de los integrantes?
Tras la desaparición de Los Robbins, algunos de sus integrantes se sumaron a diferentes grupos musicales, mientras otros continuaron sus vidas alejados de la música. Algunos se fueron a radicar a otros países.
Actualmente, de los seis que fundaron Los Robbins, solo tres siguen con vida: Ricardo Pereira, que vive en Verona, Italia; Eduardo Cedeño, residente en Tegucigalpa; y Julio Gochez, en su querida ciudad de La Ceiba. El último en fallecer fue Alfredo Matute, hace unos tres meses.
Julio Gochez se dedicó a ser un emprendedor del turismo en La Ceiba. Es conocido por realizar paseos turísticos por la ciudad en su eterno acompañante: el Trencito de la Alegría.
Gochez contó a diario LA PRENSA que en los últimos años el negocio no ha ido bien por la falta de turistas y ha tenido que parar su vehículo, además del poco apoyo que recibe de las autoridades locales y nacionales. Actualmente está decidido a vender su tren.
El nombre de “Los Robbin's” se lo puso Armando Gochez, un historiador del grupo y hermano de Julio. El nombre lo sacó de un diccionario: pertenece a un pájaro en peligro de extinción llamado “robin”. Don Armando le colocó otra “b” y una “s”, así como un apóstrofo entre la “n” y la “s”.
Premios recibidos
La canción “Ceibita en Verano” de Los Robbins ganó el Hit Parade Latinoamericano (hoy Premios Lo Nuestro), evento desarrollado en el actual Madison Square Garden de Nueva York.
Los Robbins fueron la sensación con su música al momento de presentarse a recoger dicho premio. También recibieron otros reconocimientos a nivel internacional y en Honduras.
Los Robbins siguen siendo recordados como pioneros del rock nacional, abriendo camino a nuevas generaciones de músicos hondureños.