El cantante Bono, líder de la banda de rock U2, ofreció un esperado concierto en solitario el pasado domingo en el teatro Orpheum de Los Ángeles.
El recital reunió a numerosas caras conocidas de la cultura y el espectáculo estadounidenses, pero lo que nadie se imaginaba es que el actor Brad Pitt decidiría hacer acto de presencia en el evento con una amiga muy especial, la diseñadora de joyas Inés de Ramón.
Esta joven licenciada en administración de empresas, de 30 años, se dio a conocer en los círculos de Hollywood por su relación sentimental con el actor Paul Wesley.
La discreción con la que ambos gestionaron su romance desde 2018, incluida su boda, también se aplicó a la forma en que anunciaron su separación este mismo año, que se limitó a la emisión de un breve comunicado para confirmar la noticia.
Ahora, el nombre de Inés de Ramón vuelve a generar intriga y curiosidad debido a las fotos que ha publicado esta semana el diario Daily Mail, en las que la empresaria y Brad Pitt aparecen sonrientes, cómplices y hasta acaramelados en ciertos momentos. Seguramente para evitar miradas indiscretas, la pareja de amigos se unió a Cindy Crawford y a su marido, Rande Gerber, entre bambalinas para disfrutar del espectáculo supuestamente en privado.
Resulta prematuro especular sobre la verdadera naturaleza de su vínculo, pero la prensa estadounidense se pregunta, lógicamente, si el exmarido de Angelina Jolie, quien se encuentra sumido en una cruenta batalla judicial con su antigua esposa a cuenta de acusaciones de maltrato y prácticas empresariales de dudosa moralidad, ha dado finalmente un paso adelante para rehacer su vida amorosa.
