REDACCIÓN. Selena Gomez, reconocida por su carrera en la música y la actuación, recientemente ha dado de qué hablar por su papel en Emilia Pérez. Sin embargo, detrás de los éxitos, ha enfrentado desafíos significativos relacionados con su salud mental, marcados por años de tratamiento y un arduo proceso de autodescubrimiento.
En una entrevista con Rolling Stone en 2022, Selena compartió cómo, al cumplir 20 años, su estabilidad emocional comenzó a deteriorarse. La cantante reveló que experimentó cambios de ánimo extremos que la llevaron a ser internada en cuatro ocasiones en centros de rehabilitación mental. Estos altibajos incluían episodios de euforia seguidos de profundas depresiones, las cuales la dejaban postrada en cama y aislada de su entorno.
Durante su lucha, enfrentó pensamientos recurrentes sobre el suicidio, aunque aclaró que nunca intentó quitarse la vida. La presión de cumplir con las expectativas sociales y personales también fue un factor que la afectó profundamente, especialmente al intentar redefinir su identidad tras su etapa en Disney. “Me destrozó no cumplir con lo que pensaba que sería mi vida a los 25 años”, confesó la artista.
En 2018, un episodio de psicosis marcó un punto crítico en su salud, derivando en un diagnóstico de trastorno bipolar. Aunque inicialmente fue tratada con múltiples medicamentos, un nuevo psiquiatra ajustó su tratamiento, lo que permitió a Selena recuperar claridad mental. Este proceso la llevó a aceptar su condición y aprender a convivir con ella.
La filantropía se convirtió en un pilar fundamental para su recuperación emocional. Su compromiso social la llevó a fundar el Rare Impact Fund, cuyo objetivo es recaudar 100 millones de dólares para promover la educación sobre salud mental y reducir el estigma en torno a estas enfermedades. Además, su viaje a Kenia en 2019 inspiró el documental Selena Gomez: Mi mente y yo, donde explora su vida personal y su camino hacia la sanación.
Aunque el documental muestra su lucha por inspirar a otros, Selena reconoce que su recuperación es un proceso continuo. A través de sus reflexiones, comparte cómo su trastorno bipolar la mantiene conectada con su humanidad, ayudándola a mantenerse consciente de su vulnerabilidad y fortaleza mientras continúa enfrentando sus desafíos.
