Miami, Estados Unidos.
Tras ganarse al mundo como el capo de la metanfetamina, Bryan Cranston ahora está del lado de los buenos. En The Infiltrator (El Infiltrado) encarna al agente encubierto Robert Mazur, quien desmantela las finanzas de Pablo Escobar en Miami.
The Infiltrator, con Cranston y John Leguizamo como dos policías infiltrados, y Benjamin Bratt como un narco en Miami vinculado a Escobar, es dirigida por Brad Furman y se suma a una serie de producciones sobre el capo colombiano que reinó el mundo en los años 80 gracias a su dominio del mercado de la cocaína.
Negocio del entretenimiento
Como sucedió con Al Capone a lo largo del siglo pasado, la industria del cine y la TV está convirtiendo lentamente en una leyenda a Escobar, quien murió baleado por la Policía en su país (Colombia) en 1993. Los ejemplos más populares hasta ahora tal vez sean la serie colombiana Pablo Escobar: el patrón del mal; la de Netflix Narcos, y el filme Escobar, paraíso perdido, con Benicio del Toro.
“Pablo Escobar es legendario”, dijo Cranston en una entrevista, donde promocionaba su película. “Por una parte inspiró mucho miedo y recelo, pero al mismo tiempo hizo cosas muy buenas en su país. Aunque, al final, su maldad superó su bondad, y eso es lo que construye buenas historias”, agregó.
Cranston sabe de qué habla. Se convirtió en una estrella mundial y ganó cuatro premios Emmy gracias a su papel de Walter White, el “lord” de la metanfetamina, en la serie Breaking Bad, que terminó con grandes honores en 2013.
“A todos nos gustan las historias de gángsteres”, dijo Cranston. “Son historias donde alguien viene de la nada y, gracias a su fuerza, inteligencia o lo que sea, llega al poder. Es prácticamente el sueño americano”, enfatizó el intérprete.
Tras ganarse al mundo como el capo de la metanfetamina, Bryan Cranston ahora está del lado de los buenos. En The Infiltrator (El Infiltrado) encarna al agente encubierto Robert Mazur, quien desmantela las finanzas de Pablo Escobar en Miami.
The Infiltrator, con Cranston y John Leguizamo como dos policías infiltrados, y Benjamin Bratt como un narco en Miami vinculado a Escobar, es dirigida por Brad Furman y se suma a una serie de producciones sobre el capo colombiano que reinó el mundo en los años 80 gracias a su dominio del mercado de la cocaína.
 Pablo Escobar se menciona, pero no aparece visiblemente en “The Infiltrator”.
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Como sucedió con Al Capone a lo largo del siglo pasado, la industria del cine y la TV está convirtiendo lentamente en una leyenda a Escobar, quien murió baleado por la Policía en su país (Colombia) en 1993. Los ejemplos más populares hasta ahora tal vez sean la serie colombiana Pablo Escobar: el patrón del mal; la de Netflix Narcos, y el filme Escobar, paraíso perdido, con Benicio del Toro.
“Pablo Escobar es legendario”, dijo Cranston en una entrevista, donde promocionaba su película. “Por una parte inspiró mucho miedo y recelo, pero al mismo tiempo hizo cosas muy buenas en su país. Aunque, al final, su maldad superó su bondad, y eso es lo que construye buenas historias”, agregó.
 La cinta se estrena en septiembre (2016).
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“A todos nos gustan las historias de gángsteres”, dijo Cranston. “Son historias donde alguien viene de la nada y, gracias a su fuerza, inteligencia o lo que sea, llega al poder. Es prácticamente el sueño americano”, enfatizó el intérprete.
