05/12/2025
12:10 AM

EUA reabre las exportaciones de crudo, pero abundan los desafíos

El gobierno del presidente Barack Obama ha despejado el camino para las primeras expor­taciones de petróleo sin refinar de Estados Unidos, que puede poner fin a una prohibición vigente des­de hace cuatro décadas.

Nueva York, Estados Unidos.

El gobierno del presidente Barack Obama ha despejado el camino para las primeras expor­taciones de petróleo sin refinar de Estados Unidos, que puede poner fin a una prohibición vigente des­de hace cuatro décadas.

Dos empresas de Texas, Pio­neer Natural Resources Co. y En­terprise Products Partners LP han obtenido permiso del Depar­tamento de Comercio de EE.UU. para exportar legalmente el pe­tróleo ultra ligero que aflora en abundancia de las grandes for­maciones de esquisto del país.

Se estima que tras un procesamien­to relativamente mínimo, los en­víos de crudo podrían comenzar en agosto, según un ejecutivo de la industria. Los compradores ex­tranjeros pueden convertir este petróleo, conocido como conden­sado, en gasolina, combustible de aviación y diésel.

En la actualidad, las empresas estadounidenses pueden exportar combustible refinado, como la ga­solina y el diésel, pero no crudo. El nuevo enfoque del gobierno, que no ha sido anunciado públicamen­te, redefine el petróleo ultra lige­ro como combustible después de un procesamiento mínimo, y eso es lo que lo torna elegible para la exportación, aunque no se consi­dere refinado.

Las compañías con­firmaron que habían recibido la autorización . Es probable que los primeros envíos al exterior sean pequeños, pero en última instan­cia podrían abarcar una gran par­te de los tres millones de barriles diarios de petróleo que las com­pañías de energía extraen de los campos de esquisto, dicen exper­tos de la industria.

The Brookings Institution, un centro de estudios de Washington, estima que hasta 700.000 barriles por día estarían disponibles para la exportación a partir del próximo año.

No obstante, la industria tie­ne importantes desafíos técnicos por delante. Millones de barriles de petróleo que salen de forma­ciones de esquisto en EE.UU. —no sólo del estado de Dakota del Nor­te— están repletos de gases volá­tiles que dificultan su transporte y procesamiento para convertirlo en combustible.

El petróleo de la formación Bakken, en Dakota del Norte, ya fue identificado como inflamable por investigadores que analizan las explosiones que siguieron a descarrilamientos de trenes en los últimos 12 meses.

Los altos niveles de gas están afectando también el crudo pro­veniente de la formación de es­quisto de Niobrara, en el estado de Colorado, y de Eagle Ford y la cuenca Permian en Texas, según ejecutivos y expertos de energía.Incluso las refinerías que están obteniendo grandes ganancias con el nuevo petróleo ultra lige­ro comienzan a quejarse sobre lo difícil que es manejarlo con sus actuales equipos.

Parte de lo que se está bombeando ni siquiera es crudo, sino condensado: gas atra­pado bajo tierra que se vuelve lí­quido en la superficie.

El gobierno de EE.UU. dice que 96% del crecimiento en la produc­ción desde 2011 es de petróleo li­gero y ultraligero y que el creci­miento continuará en ese sector.

El gigantesco volumen de este nuevo crudo gaseoso ha creado un exceso de suministro, lo que lle­vó los precios internos a US$10 o más por debajo del nivel del crudo tradicional. Las empresas energé­ticas creen que podrían obtener mayores precios al exportar, lo que explica parte del impulso para dejar sin efecto la prohibición so­bre la exportación de crudo.

Este nuevo crudo puede fun­cionar como una botella abierta de champaña, afirma Sandy Fiel­den, analista de la consultora RBN Energy. “Si es muy liviano, se re­balsa” de la unidades de refinería, explica. Los refinadores “no pue­den manejarlo con sus equipos existentes”.

Valero Energy Corp. infor­ma que dos refinerías en Texas y Oklahoma recibieron partidas de petróleo inesperadamente gaseoso y debieron desacelerar la producción para ocuparse del asunto. La empresa está invirtien­do más de US$500 millones para incorporar en varias plantas los equipos especiales que necesi­tan para procesar más petróleo ultra ligero.

Varias refinadoras ya están in­virtiendo en mejoras para proce­sar más de este nuevo crudo, pero aun así el volumen podría supe­rarlas. Otras deberán realizar el cambio costoso, afirma Matt Ro­gers, director de McKinsey & Co.

Hasta hace unos años, el pe­tróleo que podían conseguir las refinerías de EE.UU. era sucio y pesado. Las compañías gastaron miles de millones de dólares en instalaciones para convertir el crudo sucio de Venezuela y Ca­nadá en gasolina y diésel.

Eso ha cambiado a medida que las petroleras comenzaron a usar algunas de las mismas técnicas, incluida la fracturación hidráuli­ca que produjo el auge del gas na­tural. La producción petrolera de EE.UU. aumentó en tres millones de barriles diarios nuevos entre 2009 y 2013 y la producción total del país llegó a 8,4 millones de ba­rriles diarios.

Hay motivos geológicos para que el crudo nuevo sea particu­larmente gaseoso y volátil. A lo largo de millones de años, el ma­terial orgánico se ha convertido en una mezcla de hidrocarburos: crudo, gas natural y otros líquidos con gas.

Mientras más tiempo se cocine bajo tierra esa mezcla de combustible fósil —bajo un calor intenso y una presión tremen­da—, más moléculas escapan de las rocas de las que provienen y migran a reservorios donde hay lugar para moverse, cuenta Scott Tinker, geólogo estatal de Texas.

En esos reservorios, el petró­leo y el gas se separan en gas me­nos denso en la parte superior y más pesado más abajo. Pero la roca de esquisto es tan densa que lo que escapa de ella es mucho menos petróleo y gas. Las energé­ticas deben fracturar el esquisto y crear pequeñas fisuras para que el petróleo y el gas puedan fluir hacia el exterior.

Esos conductos minúsculos permiten que sólo su­ban las moléculas más pequeñas, por lo cual lo que salen de la tierra son grandes volúmenes de gas y los líquidos más livianos. Ese gas hace que el petróleo ultra ligero de esquisto sea altamente infla­mable de una forma que el crudo convencional no lo es.

En el último año, los descarrilamientos de tre­nes con crudo ligero causaron es­pectaculares explosiones, inclui­da una que mató a 47 personas en Quebec en julio pasado.