Se necesitan políticas públicas innovadoras para sustituir las importaciones y fomentar la producción nacional, considera Alberto Lozano Ferrera, comisionado presidente de la Comisión para la Defensa y Promoción de la Competencia (CDPC).
El especialista ahonda también en el uso extendido de los aparatos electrónicos en la vida de los hondureños y cómo estos se relacionan con el desarrollo económico y social.
Analizando las importaciones, vemos que han tenido más o menos el mismo comportamiento, pero si queremos fomentar la exportación y minimizar las importaciones tendríamos que acudir a políticas públicas innovadoras, de manera que podamos crear sustitutos de estas importaciones y fomentar la producción nacional y mejorar las condiciones macroeconómicas del país.
Obviamente, no existe en el país un producto sustituto que pueda de alguna manera mermar la importación de estos productos.
Lo que sí podemos sugerir es una política de Estado, aprovechando que en este momento los combustibles y lubricantes se encuentran en su período de precios internacionales más bajo para crear políticas de sustitutos a estos productos.
Por ejemplo, la misma energía eléctrica, biodiésel o metanol, que son sustitutos favorables que se puede utilizar en estos productos.
Esto anticipando que el día de mañana seguro tendremos los precios de los combustibles más altos y vendrán a acaparar la mayoría de las divisas que el país necesita.
Los productos de tecnología ocupan el segundo lugar. Analicemos solo el mercado de las telecomunicaciones, estamos hablando de que en comparación con los 8.5 millones de hondureños registrados en el último censo nacional de estadísticas, hay casi 9 millones de celulares en el país.
Es una relación de 1.1% por persona, y podemos observar que Honduras no se queda rezagada en tendencias tecnológicas y en adquirir este tipo de productos.
Habría que considerar el poder adquisitivo del hondureño, ya que es usual ver casos de personas de clase media baja que no cuentan con vivienda propia, pero sí con aparatos electrónicos, producto de las remesas, lo que es negativo en cuanto a desarrollo socioeconómico del país, en el sentido de que lo que causa en cuanto a pertenencia una vivienda es mucho más beneficioso que lo que puede causar un aparato eléctrico.
Sin embargo, no podemos dejar de percibir que son necesidades que el ser humano, a medida que pasa el tiempo, no puede dejar de obviar.
La tendencia de consumo del hondureño es hacia la tecnología, pero esto obedece a factores.
El hecho de tener al alcance todas las telecomunicaciones crea en el ser humano una tendencia y herramienta eficaz para el desarrollo socioeconómico y la educación.
Podemos hablar de las telecomunicaciones en el sentido de televisores o tipo de productos que sirven de entretenimiento y que es inherente al mismo ser humano.
No podemos criticar esa tendencia, ya que puede ser mundial, lo que pasa es que desatendemos cosas básicas por adquirir este tipo de productos.
Los reportes de importaciones son muy importantes para que nos demos cuenta de que a través del patrón de consumo hay oportunidades en el país para la producción de sustitutos de los mismos.
Cuando se descubre que en Honduras existe un patrón de consumo muy alto en materias primas y bienes suntuarios es una oportunidad para crear políticas públicas de desarrollo económico, de atracción de inversiones en estos productos altamente consumibles.