En el mundo de los negocios tenemos muchas acciones que provocan resultados gratificantes y que se convierten en ingresos económicos para nuestras empresas y que los ejecutivos con frecuencia lo consideran agradables.
Hace un tiempo los empresarios consideraban que tener terrenos, edificios, equipos, inventarios, inversiones, facturas por cobrar, entre otros, es decir los activos tangibles eran lo más valiosos del negocio, pues poseía recursos o materiales que servían a la continuidad de la empresa.
También en un negocio se encuentran aquellos activos con que cuenta la empresa que no se pueden ver, llamémosles activos intangibles cuyo valor se determina a través del valor del mercado, son generadores de beneficios económicos, son controlables y generan resultados a largo plazo.
Las tendencias para reportar financieramente indica que se debería determinar el valor real de todos los activos de la empresa, tanto tangibles como intangibles. Hace muchos años el valor del mercado se definía a través de los activos tangibles (80% sobre el 20% de los intangibles), pero ahora estos valores se han intercambiado. Ejemplo de los activos intangibles de un negocio es su logo y eslogan, las marcas registradas, su lista de clientes, contratos, los canales de distribución, los sistemas de entrega, lista de proveedores, sitio web, redes sociales, reputación, estrategia, su filosofía y valores, una sólida ciudadanía corporativa y Responsabilidad Social Empresarial (RSE), entre otros.
¿Por qué los activos intangibles están vinculados a la RSE? Según un artículo en Business Brief: Intangibles and CSR, los intangibles se pueden dividir en cuatro grupos que se relacionan con la RSE: el humano, el organizacional, el de mercado y la innovación. Son los que generan el valor diferenciado de un negocio.
La RSE tiene un sentido transversal porque tiene impactos dentro y fuera de la empresa, su objetivo es realizar un intercambio horizontal y desarrollar una ganancia mutua entre empresa y la sociedad. La RSE no es algo adicional a la empresa, es parte de su core business.
Las empresas socialmente responsables están resguardadas con este intangible porque además la RSE mejora el desempeño financiero, la imagen y reputación disminuye los costos operativos y promueve la lealtad.
En definitiva, podemos decir que lo tangible suma y lo intangible multiplica.