El combinar la vida familiar con el trabajo ha permitido que en las casi cuatro décadas de vida profesional, Mayra Falck encuentre la fuerza que le dibuja una sonrisa afable.
Madre de dos hijos, Mayra Friné que al nacer en 1977 dejó una huella imborrable en su vida y Marco Tulio, quien antes de partir escribió sobre ella “es mi madre, ejemplo y una gran mujer”.
La actual presidenta del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi) ha encontrado ángeles, entre ellos su esposo Antenor Romero, quienes la han ayudado a sobrellevar las adversidades y que la inspiran a apoyar a más mujeres.
Hice mi carrera universitaria, mi maestría y los créditos de mi doctorado con un hijo pequeño. Marco Tulio tenía un año cuando empecé la universidad y seis años cuando empecé la maestría, y él me acompañó a lo largo de toda mi trayectoria estudiantil. No es fácil criar un hijo siendo madre sola y sacando adelante el trabajo, el estudio y además la familia.
Luego tuve una segunda etapa que ha sido posiblemente la que más se ha reflejado en mi currículo, que es la etapa de mis realizaciones tanto en la Universidad, como en la Embajada en Ecuador, Banco Central de Honduras y ahora en Banhprovi, y ese éxito lo he logrado gracias a que tengo un compañero de vida, Antenor Romero, quien realmente me acompaña en todos estos procesos y logra generar el equilibrio que necesito entre el trabajo y la vida familiar. Si una sola se dedica al trabajo, al final de cuentas la vida te deja sola; pero si una sabe combinar la vida familiar con el trabajo, una logra una realización plena.
En esa parte he trabajado, yo diría toda la vida, apoyando a mujeres. Mi hijo era mi labor fundamental de madre, pero a lo largo de mi vida he apoyado a muchas mujeres. Ahora he tenido la oportunidad de conocer muchas mujeres e intento entregarles a ellas no tanto mi conocimiento, sino lo que yo llamaría mi pasión por la vida y por hacer correcto y lo que está bien.
¿Quién es?
1. Nombre
Mayra Roxana Falck Reyes.
2. Ciudad
Tegucigalpa.
3. Sobre ella
Economista y presidenta del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi). Entre sus pasatiempos le gusta cocinar, atender su jardín y la lectura. Está leyendo La Trilogía del sociólogo español Manuel Castells, que combina con sus lecturas diarias de la Biblia.
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La fortaleza, en primer lugar viene de Dios, pero en segundo lugar de personas especiales que para mí son ángeles que Dios nos pone aquí en la tierra para ayudarnos. En mi niñez, mi nana Isbela Montoya fue clave, mis padres, mi madrina, la mamá de mi mejor amiga María Dolores; en mis primeros años de vida ellas fueron el núcleo de fortaleza, junto con mi abuela.
Cuando yo entré en la universidad, dos personas fueron claves: Cristiana Nufio que ha sido un ejemplo en mi vida, y María Isabel Martel, junto con las dos secretarias de la facultad, me ayudaban hasta cuidar a Marco Tulio. Fueron mi soporte durante mi época universitaria.
Después cuando me fui a la maestría tuve tres amigas que me apoyaron muchísimo. En estos últimos años, son 14 años de vida en pareja con mi esposo Antenor Romero. Dios siempre te manda ángeles, pero tienes que saber identificarlos.
Una cosa es importantísima en la vida y es que las mujeres entiendan que los embarazos tempranos no son la mejor receta para la vida. Los embarazos tempranos complican la vida, yo tuve embarazos tempranos, así que no son fáciles, pero si los tienes, no hay puerta ni muro que te detenga, si tú tienes las metas claras y sabes adónde quieres ir.
Tienes que seguir estudiando, tienes que avanzar en la vida y tienes que buscar ángeles que te apoyen porque sola no vas a salir adelante. Si una busca ángeles, ya sea una amiga o la persona que le ayude a cuidar los niños, pero una tiene que seguir estudiando.
Para sobresalir en la vida, el esfuerzo es necesario. El esfuerzo y la experiencia son los maestros más duros que una tiene, pero una aprende. Allí no hay vuelta de hoja si una se esfuerza y si una realmente intenta ganar experiencia a lo largo de la vida, aprende muchísimo y vence cualquier adversidad. Dios no te da una carga que tú no puedas cargar.
En mis inicios ganaba menos que los hombres y hacía normalmente mucho más que ellos; pero necesitaba el trabajo, comer y pagar mis deudas. Trabajaba con mucha pasión y energía, sin fijarme en el de al lado. Lo único que busqué en la vida es lo correcto y lo que está bien.
A medida que fui avanzando en la vida, con experiencia, trabajo y esfuerzo, ganándome mis espacios, allí es cuando la empiezan a respetar a una. Otro punto que también es importante para que las mujeres salgan adelante es que no olviden el estudio y la lectura, porque son compañeros que no debemos dejar. Debemos ponernos la meta de leer por lo menos doce libros al año.