Una noche mágica y que solo se vive cuatro años en el deporte. Una noche para que nunca la olviden los atletas y en especial los hondureños, que sufren mucho para poder llegar a unos Juegos Olímpicos.
Pletórica. Épica. Maravillosa. Para llorar de emoción. Para que los deportistas, el público, Río de Janeiro, Brasil y el mundo no la olviden nunca. Así fue la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos 2016. El show que brindaron los brasileños arrancaron emociones indescriptibles.
Y mucho más para los atletas hondureños que desfilaron con Rolando Palacios al frente como abanderado. El momento fue emotivo para los catrachos, que por primera vez en la historia desfilaron con un grupo de atletas nutrido, 26 en total.
Siempre las delegaciones hondureñas fueron pequeñas, pero esta vez el grupo fue significativo. Desde que ingresan hasta que terminan el recorrido, apenas dura un minuto, pero ese es el más importante y el más esperado por todos los atletas.
Rolando Palacios portó la bandera de Honduras. Foto Juan Salgado/Enviado Especial
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El colombiano está debutando en unas olimpiadas y para él este es un sueño cumplido. Es por eso que no quiso perderse el desfile por nada del mundo.
AGRADECIDOS CON LOS BRASILEÑOS
Los atletas catrachos no dejaron de saludar a los casi 80 mil aficionados que llenaron el Maracaná para vivir una fiesta memorable.
Jorge Luis Pinto también se vistió con el traje típico. Foto Juan Salgado/Enviado Especial
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Todos llevaban sus dispositivos para captar este momento inolvidable, pero el más feliz de todos y el que evidenciado mayor soltura para disfrutar de esta fiesta, fue
Teofimo López, el boxeador iba saltando, bailando, tomando fotografías y videos para guardarlos eternamente.
Honduras debe sentirse orgullos de este grupo de muchachos, que con mucho esfuerzo han logrado ser parte de unos Juegos Olímpicos históricos en Río de Janeiro. La fiesta apenas comienza...