El buen estado de las llantas no solo garantiza una conducción más segura, sino que también ayuda a optimizar el consumo de combustible y evitar imprevistos. Para que duren más tiempo, es fundamental adoptar hábitos de mantenimiento desde el primer día. Revisarlas con frecuencia, mantenerlas limpias y evitar frenadas bruscas son prácticas esenciales que todo conductor debería seguir. Aunque parezca rutinario, cuidar las llantas es una inversión inteligente a largo plazo.
Uno de los factores más importantes es la presión del aire. Conducir con llantas desinfladas o sobreinfladas acelera su desgaste de manera desigual. Por ello, se recomienda verificar la presión al menos una vez al mes, siguiendo siempre los valores indicados por el fabricante. Unas llantas con la presión adecuada se adhieren mejor al asfalto y soportan mejor el peso del vehículo. Esto también reduce el riesgo de reventones.
La alineación y el balanceo son dos aspectos que muchos conductores olvidan. Una mala alineación puede hacer que las llantas se desgasten de un solo lado, reduciendo su vida útil. El balanceo, por su parte, evita vibraciones molestas y contribuye a un desgaste parejo. Ambos procedimientos deben realizarse cada cierto kilometraje o cuando se perciban irregularidades en la conducción.
Evitar conducir por caminos en mal estado también marca una gran diferencia. Los baches, piedras y bordillos deterioran rápidamente las llantas y los rines. Aunque no siempre es posible evitarlos, hacerlo cuando se pueda puede prolongar considerablemente su vida útil. Además, se recomienda no exceder los límites de carga del vehículo para no someter las llantas a presión innecesaria.
Otro consejo útil es rotar las llantas con regularidad. Esto significa cambiarlas de posición (delanteras a traseras y viceversa) cada cierto número de kilómetros, según la recomendación del fabricante. Esta práctica permite que el desgaste sea más uniforme entre todas las llantas, lo que alarga su tiempo de uso. Además, ayuda a detectar a tiempo cualquier daño o anormalidad.
No olvide
Se debe revisar visualmente cada llanta en busca de grietas, abultamientos o elementos incrustados como clavos o vidrios. Si se detecta algo fuera de lo normal, lo mejor es acudir a un especialista. Seguir estos consejos no solo alargará la vida útil de las llantas, sino que también mejorará la experiencia al volante y reducirá riesgos en la carretera.
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