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El verano es querido y odiado por muchos, algunos aman visitar playas y broncearse bajo el imperante sol, pero otros simplemente le huyen a esa belleza natural no apta para todos los gustos.
Y es que disfrutar de los rayos ultravioletas y el "calorcito" del sol no es malo, pero hay factores a tener en cuenta para obtener todos los beneficios del mismo, sin verse afectados por las altas temperaturas que hay en Honduras actualmente.
Puede que conozcamos algunas recomendaciones sobre la prevención a la exposición solar, el más conocido: el uso de bloqueador. Pero también es importante saber qué hacer después de sufrir las consecuencias de esta estrella tan brillante e imponente: el sol.
Por su parte, la dermatóloga y dermatopatóloga Diana Peralta, brinda consejos para aplicarlos luego de la exposición al sol:
• Mantente hidratado: bebe suficiente agua para compensar la pérdida de agua transepidérmica y el sudor.
• Utiliza indumentaria protectora: gorros o sombreros de ala ancha, lentes de sol oscuros, camisas manga larga (idealmente son UPF, Factor de protección ultravioleta). Procura que tu ropa sea ligera y de colores claros.
• Utiliza protector solar: busca productos con SPF 30 o más, que sean resistentes al agua. Aplícalo 15 minutos previo a exposición y reaplica cada 2 horas si estás sumergido en agua. No olvides también buscar un bálsamo labial con SPF.
• No te expongas en horario pico: evita hacer actividades al aire libre o broncearte de 10:00 a. m, a 4:00 p. m.
De igual forma, hay productos con ingredientes específicos que se deben priorizar para reparar la piel, "tras la exposición debemos aplicar cremas o geles humectantes a base de aloe vera, ácido hialurónico, pantenol, ceramidas y bisabolol, que son ingredientes hidratantes y reparadores. El agua termal en bruma también es un perfecto aliado para devolverle un toque de calma a tu piel", detalla Peralta.
En su opinión, Inmaculada Canterlo, farmacéutica española especializada en Dermocosmética y Medicina Antiaging, profundiza en que “los rayos del sol provocan la formación de radicales libres en las células de la piel, que tienen una gran capacidad oxidante, produciéndose un daño en su interior que condiciona su envejecimiento. Es un motivo por el que la piel se torna áspera, arrugada y poco elástica”.
Entre los protocolos para después del sol que establece, recomienda aquellos que ayudan a reforzar la exfoliación y renovación de la piel, regenerando la piel y eliminando las manchas.
La farmacéutica hace frente al problema con activos como el ácido glicólico, ácido láctico, mandélico, arbutina, ácido kójico o salicílico, que vienen muy bien para despigmentar la piel, siempre buscando los cosmecéuticos más adecuados para cada caso.
También, no podemos olvidarnos de las señales de alerta que hay luego de una exposición larga al sol, las cuales pueden necesitar de la visita a un dermatólogo.
"Las quemaduras solares suelen ser de primer grado, con enrojecimiento y ardor en la piel; estas suelen resolver por si solas en 1-2 semanas. Sin embargo, si la exposición al sol fue muy intensa, se produce una quemadura de segundo o tercer grado con formación de ampollas con líquido, zonas de palidez o pérdida de capas de la piel con ulceración y dolor muy intenso", afirma Diana Peralta. Estas quemaduras más dolorosas necesitan atención médica urgente.
Los primeros cuidados que debemos tener en la piel después de una larga exposición al sol son varios, entre ellos, la hidratación. En la ducha es donde debe empezar nuestro primer ritual de hidratación ya que nuestra piel pierde hasta 15 % en este proceso, según la firma Dove. De ahí, la importancia de elegir un gel suave, con glicerina e ingredientes nutritivos, para que la piel recupere los lípidos perdidos durante la ducha y, por lo tanto, evitemos la desecación.
"Es esencial restablecer su humectación para minimizar el impacto de la radiación. Aplica de forma generosa cremas hidratantes de 2-3 veces por día. Evita baños con agua caliente o restregar tu piel con pastes para reducir el trauma y la sequedad", aconseja la dermatóloga Diana.
La especialista Peralta no los recomienda. Y es que usualmente no sabemos como prepararlos o aplicarlos en la piel. "Aunque el gel de sábila es seguro, la savia que viene debajo de la corteza de la planta y la cáscara de la hoja irrita la piel porque contienen derivados hidroxiantracénicos que irritan y queman la piel. Tampoco recomiendo el yogur; es un alimento y como tal debe ingerirse y no aplicarse en la piel", manifiesta durante su entrevista para Diario La Prensa.
Para minimizar el impacto del sol a largo plazo, Diana Peralta cree que debemos ser conscientes. "El ser consciente del peligro de la radiación y de la contaminación del mundo en el que vivimos nos permite darle a la piel la importancia que se merece, sabiendo que protegerla desde nuestra infancia reducirá a la larga el daño acumulativo (fotodaño) y los procesos de cancerización", concluye.