A la hora de buscar trabajo, la entrevista es un factor determinante. Sin embargo, una encuesta de la empresa Randstad revela que 4 de cada 5 candidatos no consigue superarla.
Existen multitud de consejos para pasar el proceso de preselección, pero cuando estamos frente al entrevistador cada palabra cuenta. Para afrontar la entrevista con más calma y seguridad, la colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC) y socia directora de la consultora de recursos humanos Grupo Humannova, Gina Aran, propone algunas claves:
1. Preparar la entrevista. Lo primero es tener autoconocimiento sobre uno mismo, conocer la empresa, saber lo que podemos aportar y marcarse unos objetivos de lo que queremos comunicar. En esta fase es necesario hacer una revisión de cuál es tu experiencia, los hitos que has conseguido y el tipo de empresa en el que encajas. Gina Aran recomienda identificar tres rasgos principales que nos identifiquen. “Si el atributo que quieres transmitir es el entusiasmo, a cualquier pregunta que te hagan responderás enlazándola con esa cualidad”, aconseja.
2. Buena actitud. “Cuando uno sale de casa todos los ojos miran y todas las orejas oyen”, advierte Aran. Cualquier persona, desde la recepcionista, alguien que encuentres en el traslado de tu casa o incluso en el bar de al lado cuando sales de hacer la entrevista puede trabajar en la empresa y hacer un comentario. “Lo importante es estar mentalizado y mantener una actitud profesional desde que sales de casa”, apunta.
3. Sintonía con el entrevistador. Nos debemos adaptar al estilo comunicativo de la persona que tenemos delante. “Si es muy pausada al hablar, chocaremos en caso de ser estridentes; por el contrario, si es muy activo y habla rápido, lo haremos si hablamos muy calmados”. Gina Aran destaca que aunque es deseable que la conversación sea fluida, que un entrevistador sea distante no significa que la entrevista vaya mal. En cualquier caso, si comienzas a estar nervioso, ten presente por qué te has presentado a la entrevista y el motivo por el que te ajustas al puesto.
4. Cuidar la comunicación verbal. El tono de voz, la vocalización, hacer frases no muy largas, la gesticulación. “La comunicación no verbal tiene que servirnos para reforzar y enfatizar lo que estamos explicando”, apunta. Por ejemplo, cómo se utilicen las manos sirve para enfatizar lo que interesa. “La comunicación no verbal tiene que servirnos para reforzar y enfatizar lo que estamos explicando”.
6. Sinceridad. Las respuestas deben ser sinceras, ya que de lo contrario pueden hacernos sentir nerviosos. “Hay que ser sincero, pero en el sentido de auténtico; es decir, las cosas se pueden decir de muchas maneras”. En este sentido, Aran diferencia entre decir “no tengo el título” y decir “he hecho otras formaciones relacionadas con ello que me han interesado mucho”. Pero ojo, “mentir en el currículum puede ser una razón procedente de despido”.
7. Respeto. La falta de respeto o todo lo que se pueda interpretar como tal va en contra de nuestros intereses y nos invalida para el puesto. Saluda con educación, sonríe y agradece el tiempo que te han dedicado. El lenguaje debe ser correcto y medido