“La gimnasia facial se asemeja a un entrenamiento, enfocándose en la tonificación y oxigenación de los músculos faciales, como hace la gimnasia del cuerpo”, detalla Paula Arredondo, fundadora de “The face workout”, experta sobre esta práctica que trabaja por separado los 54 músculos que conforman el rostro para destensar y tonificar.
Esta disciplina trabaja específicamente en tonificar y oxigenar estas estructuras mediante técnicas que incluyen movimientos repetitivos, pequeños toquecitos y digitopuntura, incorporando técnicas de disciplinas tradicionales como el kobido japonés y la ayurveda india, técnicas que combinan toques rítmicos y presión en puntos claves del rostro.
“Es una práctica que busca liberar la tensión muscular acumulada mientras mejora la circulación y estimula la regeneración celular”, detalla la experta sobre una técnica que no solo se limita al masaje manual, también puede incorporar herramientas específicas y protocolos personalizados para abordar las necesidades de cada persona.
Definir el contorno del rostro o retrasar los signos de la edad.Aunque muchas personas recurren a la gimnasia facial con el objetivo de retrasar los signos visibles de la edad, Arredondo señala que, entre las principales preocupaciones de quienes acuden a su centro, se encuentran la reducción de la papada, la definición del contorno facial y la mejora de la textura de la piel.
El impacto no es únicamente físico
“Cuando tienes mucha tensión en la cara se te marca más el surco nasogeniano o notas la mirada más cansada. Liberar esa tensión no solo mejora tu aspecto, sino que te hace sentir mejor emocionalmente”, explica sobre algunos de los puntos claves a tratar en el rostro.
Más allá de los beneficios estéticos. Uno de los mayores beneficios que destaca es la capacidad de la gimnasia facial para estimular la liberación de endorfinas, las conocidas “hormonas de la felicidad”. Según explica, “el simple hecho de masajear puntos específicos del rostro puede transformar una sensación de estrés o cansancio en una de relajación y bienestar”.
En tan solo 20 minutos, la gimnasia facial puede marcar una diferencia significativa en cómo te ves y cómo te sientes. “Es impresionante cómo una sesión tan corta puede cambiar tu día. Te sientes menos estresada, más enérgica y, por supuesto, notas tu rostro más definido y relajado”, afirma la especialista.
A esto se suma la importancia del drenaje linfático, que ayuda a eliminar toxinas y desinflamar las zonas congestionadas. Por ello, la especialista recomienda “beber abundante agua tras cada sesión para maximizar estos beneficios”, al igual que se realiza en los masajes corporales drenantes.
¿Gimnasia facial o yoga facial? En redes sociales, disciplinas como el yoga facial se han popularizado gracias a la facilidad con la que pueden realizarse en casa. Sin embargo, aunque comparten ciertos objetivos, la gimnasia facial tiene un enfoque más intensivo y profesional, ya que es aplicado por un especialista.La experta añade que ambas disciplinas pueden complementarse.
Mientras la gimnasia facial se realiza bajo la guía de un profesional, el yoga facial puede formar parte de la rutina diaria para mantener los resultados entre sesiones.Uno de los aspectos más atractivos de la gimnasia facial es su capacidad para adaptarse a los estilos de vida modernos. “Hoy en día nadie tiene tiempo para tratamientos largos. Por eso buscamos algo que sea efectivo y rápido, pero que además tenga un impacto real”, explica.
Requiere constancia
Como cualquier rutina de salud, la gimnasia facial requiere consistencia para lograr resultados duraderos. La experta recomienda realizar sesiones semanales y complementarlas con hábitos saludables como una buena hidratación, ejercicios de yoga facial en casa y una dieta equilibrada.
Además, Arredondo destaca que los resultados de esta técnica son acumulativos. A medida que los músculos faciales recuperan elasticidad y tonicidad, los efectos se vuelven más evidentes y duraderos. Más allá de ser una tendencia estética, la gimnasia facial se ha convertido en una herramienta para el autocuidado y el bienestar emocional.
En un mundo donde el estrés y el cansancio son parte de la vida diaria, dedicar un pequeño espacio de tiempo a esta práctica puede tener un impacto profundo en la calidad de vida.