La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), a través de la Dirección General de Pesca y Acuicultura (DIGEPESCA), ha iniciado un proceso de fortalecimiento integral de la acuicultura hondureña, enfocado en los productores de tilapia. Este esfuerzo responde a una necesidad histórica: brindar respaldo real a un sector que por años enfrentó abandono y limitadas oportunidades de crecimiento.
Pedro Antonio Campos Galo, Coordinador Nacional de Acuicultura, explicó que el apoyo parte de dos pilares, la asistencia técnica y acceso a semilla de calidad. “Los productores piscícolas habían tenido poco o nulo respaldo en el pasado. Hoy estamos cambiando esa realidad con capacitaciones y el mejoramiento del El Centro Nacional de Investigación Piscícola El Carao, que nos permite entregar alevines de primera calidad con un subsidio cercano a los 50 centavos por alevín. Esto significa sembrar esperanza, productividad y sostenibilidad en las comunidades”, afirmó.
Capacitación que transforma vidas
El programa incluye visitas técnicas y jornadas de formación en temas clave como manejo de calidad de agua, manejo de estanques, control patológico y uso de nuevas tecnologías como tanques de geomembrana y sistemas de oxigenación. Hasta ahora, más de 400 productores de La Paz, Santa Bárbara, Comayagua y otros municipios se han beneficiado directamente.
“La meta principal es que cada productor pueda asegurar el alimento de su familia, pero también generar ingresos significativos. Cuando un productor aprende a manejar bien su cultivo, está creando una fuente estable de empleo, alimento y futuro para toda su comunidad”, destacó Campos Galo.
Desarrollo rural con impacto social
La SAG subraya que la acuicultura de tilapia es una actividad estratégica para el país, no solo por el valor nutricional del pescado, sino también por el impacto en la economía local. Con el acompañamiento técnico, los productores logran mejorar su productividad y se ven en la necesidad de contratar mano de obra, lo que multiplica los beneficios en cada comunidad.
“El desarrollo acuícola no se trata únicamente de producir más tilapia, se trata de fortalecer la economía rural. Cada estanque bien manejado es una fuente de empleo, cada familia que produce tilapia es una familia con mayor seguridad alimentaria y cada comunidad beneficiada se convierte en ejemplo de desarrollo sostenible”, expresó Campos Galo.
Rumbo a la autosuficiencia y nuevos mercados
La visión de la SAG es a largo plazo, garantizar el consumo nacional de pescado y convertir a Honduras en un referente regional en la producción de tilapia. “Queremos primero asegurar la dieta alimentaria de las familias hondureñas, y después abrir paso a mercados internacionales. Este es un camino de innovación, sostenibilidad y trabajo en equipo, donde los productores no estarán solos”, aseguró el coordinador.
La estrategia también contempla financiamiento accesible a través de la banca estatal, el fortalecimiento del Comité de Cadena de Tilapia para facilitar acceso a insumos y mercados, y campañas de concientización para promover el consumo de pescado entre la población hondureña.