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Seúl, Corea
Tras el escándalo que empañó el lanzamiento de su avanzado Galaxy Note 7, Samsung está haciendo todo lo posible por corregir la situación, con o sin el consentimiento de los clientes.
Según informan medios coreanos, de los cerca de 2.5 millones de dispositivos vendidos en 10 países, queda todavía un porcentaje de clientes que todavía no atiende el llamado del fabricante a devolver el dispositivo para su remplazo por otro Note 7 “seguro”.
Sin embargo, Samsung no se queda de brazos cruzados y para evitar el riesgo nuevos incidentes de baterías que explotan ha optado por una solución “desesperada”.
De acuerdo con los dos diarios más importantes de Corea, Samsung efectuará una actualización remota de los dispositivos, en lo que se conoce en inglés como una actualización OTA (Over The Air) que limitará el ciclo de carga de las baterías de esos Note 7 a no más de 60%, que es un nivel considerado seguro por lo que de esa forma, las baterías no corren riesgo de explotar.
Samsung asegura que ha tomado las medidas necesarias para garantizar la calidad de sus productos, por lo que el problema de las baterías que explotan ha quedado resuelto en los dispositivos de remplazo.