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“Le supliqué que no se fuera, que se quedara con su familia”

  • 24 mayo 2022 /

La mujer de 35 años se dedicaba a comercializar ropa en el mercado de Quimistán, Santa Bárbara, pero el sábado decidió salir en busca del anhelado sueño americano.

San Pedro Sula

Entusiasta, emprendedora, ejemplar y amigable, así describieron familiares y allegados a Tania Yadira Espinoza (de 35 años), quien falleció este lunes en un naufragio de migrantes en México.

La mujer, originaria de Quimistán, Santa Bárbara, salió de su comunidad el sábado por la madrugada llena de ilusiones y con la esperanza de llegar a los Estados Unidos para darle una mejor vida a su mamá y a sus hijos.

Junto con ella viajaba Mauricio Galdámez (de 12 años), el segundo de sus tres vástagos, quien presenció el momento en que su mamá fue arrastrada por una ola mientras cruzaban el mar de la ciudad de Veracruz.

Amelia López, ruega para que le ayuden a repatriar el cuerpo de su hija.

Amelia López, madre de la desafortunada muchacha, relató que fue su nieto que se comunicó el lunes al mediodía para informarles sobre el trágico suceso y decirles que él se encontraba en un albergue a la espera de poder regresar al país.

Con lágrimas, la acongojada madre recordó que por más que le imploró a su hija que no se fuera esa madrugada no logró retenerla, pues estaba muy agobiada por las deudas y su único deseo era poder salir adelante.

“Le supliqué que no se fuera, que se quedara con su familia. Ella vendía ropa aquí en el mercado, pero cuando vino la pandemia las ventas bajaron porque nos encerraron. Los intereses subieron, pasaba muy preocupada”, expresó doña Amelia.

Tras la muerte de su esposo en 2020 debido al covid-19, Tania quedó más desamparada y por más que trató de salir a flote con su negocio no pudo, por ello finalmente optó por emprender la temible ruta migratoria en busca del anhelado sueño americano.

Hoy, sus parientes, amigos y conocidos lloran la pérdida de quien en vida supo ganarse el cariño de los que la rodeaban.

Amanda López, tía de la ahora fallecida, dijo que Tania comenzó a trabajar desde los 8 años, siempre con la aspiración de darle lo mejor a su familia. “Su sueño era construirle su casa a mi hermana, pero lastimosamente no lo logró”, expresó la tía.

Tania viajó junto con su hijo Mauricio, quien logró salvarse y está aún en México. Se dedicaba a la venta de mercadería.