Que se investigue a profundidad la muerte de su hija Alma Aidee Ferrera Amador pidió ayer don Salomón Ferrera desde Estados Unidos, ya que considera que no fue un suicidio, como asegura su pareja Assad Dane Johnson.
Alma Aidee, una conocida doctora que tenía su clínica en la zona Satuyé de La Ceiba, fue declarada muerta la mañana del pasado domingo en el hospital Atlántida a causa de un cuadro de asfixia mecánica.
El cuerpo fue llevado al centro hospitalario por su propia pareja, quien adujo que la joven se había suicidado atándose una soga al cuello.
El cadáver de Alma Ferrera fue trasladado a Danlí, El Paraíso, de donde era originaria, para su sepelio; sin embargo, debido a los hematomas que presentaba las autoridades determinaron practicarle una autopsia en el Hospital Escuela de Tegucigalpa.
Aunque los resultados de la autopsia no han sido oficializados, los golpes llevan a pensar a su padre que no fue suicidio.
“La conocía y sabía que no era capaz de eso, y ahora los exámenes forenses y la información que tengo me revelan que esta persona (Johnson) sin corazón, sin agradecimiento, sin nada y con todo el apoyo que se le brindó no tuvo escrúpulos. Debido a mi situación que estoy fuera de Honduras, me imagino que él colaboró con mano criminal para que esto se diera”, aseguró don Salomón Ferrera.
Fueron ocho años de relación que mantuvo la doctora Alma Ferrera con su pareja, y don Salomón recuerda que su hija sufría de violencia doméstica.
“Era un déspota, desgraciadamente ella estaba enamorada de él. Ella venía para acá a visitarnos, pero no la dejó venir. Era posesivo, ya la había golpeado, ella me dijo; pero que no quiso denunciarlo para que no pasara a más”, agregó.
“A ese hombre yo lo aconsejé porque hacía dos meses tuvieron un problema y se reconciliaron. Les dije: ‘agárrense de la mano de Dios, que es el que cambia corazones’”, puntualizó.