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Doméstica afirma que no participó en crimen pasional

  • 07 junio 2016 /

San Pedro Sula, Honduras.

“Yo sabía que no tenía que pagar algo que no debo”, dijo ayer Mayra Lisseth Ramos en el relato que hizo ante los jueces, en referencia con el día que ocurrieron los crímenes de Alfredo Castrillo Valenzuela y el colombiano Fernando Sanabria Díaz, asesinados a cuchilladas y balazos.

Mayra, quien trabajaba como doméstica en la casa de Castrillo Valenzuela, es acusada por la Fiscalía como cómplice de Laura Knight Rodríguez, quien era la esposa del dueño de la casa y supuesta amante de Nadab Eli Mejía Coca.

Ayer, el juicio oral y público en contra de la trabajadora doméstica, Mayra Lisseth Ramos, y Nadab Eli Mejía Coca inició en la sala 1 del Tribunal de Sentencia.

La Fiscalía de Delitos Contra la Vida afirma que el 23 de marzo de 2013, aproximadamente a las 2:00 am, Laura Knight Rodríguez llamó a la Policía reportando que cuatro hombres habían ingresado a su casa en la colonia Gracias a Dios y se habían llevado a su esposo Said y su amigo Fernando.

Al llegar la Policía encontró una camioneta a una cuadras de la casa de Laura, de la cual salía humo, por lo que llamaron al equipo de inspecciones de la Policía de investigación que descubrieron los cuerpos de los hombres en la parte trasera del carro y envueltos en cubrecamas. Cerca de los cuerpos estaba un encendedor con el cual pretendieron prenderles fuego y debajo de las sábanas estaba un cuchillo. Al llegar a la casa, las autoridades vieron rastros de sangre por las escaleras y en otras partes.

Ayer, Mayra Lisseth Ramos en su declaración afirmó que Nadab Eli Mejía Coca, en horas tempranas del 23 de marzo de 2013, estuvo en la casa con Laura, sin que el esposo se diera cuenta de la relación de amistad.

“Ellos se reunieron con amigos porque verían un partido, pero al final en la casa solo quedó Said, Fernando, Laura y la bebé que yo cuidaba”, apuntó. Después de relatar las horas en que cada quien se fue a dormir, señaló que Laura le dijo que no fuera a cerrar un portoncito, lo cual le pareció extraño, pues siempre lo dejaban con llave.

La doméstica dijo que se fue a dormir, pero a eso de la 1:00 am escuchó que arrastraban algo por la escalera y luego escuchó que alguien salía por el portón grande. Al salir de su cuarto, Mayra afirmó que por todas las gradas había rastros de sangre y encontró a Laura Knight en el baño chineando a su bebé.

Ella temblaba, pero no tenía manchadas su manos de sangre y dijo que los hombres habían entrado a la casa”. Durante el primer día de juicio fueron evacuadas otras pruebas con las que la Fiscalía pretende demostrar la culpabilidad de los dos acusados por los asesinatos.