Representantes del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) anunciaron ayer que en cuatro meses tendrán listo el informe de la auditoría que iniciarán en febrero en la alcaldía de San Pedro Sula.
Un equipo del organismo llegó ayer al palacio municipal, donde se reunió con el procurador Rubén Mendoza y el administrador Ricardo López. Posteriormente se desplazaron a otras dependencias donde tuvieron reuniones con el superintendente de Obras Públicas, Freddy Fugón, y otros jefes de dependencias.
El director de auditoría municipal del Tribunal Superior de Cuentas, Guillermo Amado Mineros Medrano, explicó que se trata de una visita previa a la Municipalidad para iniciar una auditoría.
Mineros dijo que la auditoría se hará en toda la alcaldía y comprende el período 2009-2013, el último año de gobierno de Rodolfo Padilla Sunseri y la administración de Juan Carlos Zúniga. “Son auditorías programadas que empezarán en febrero y son normales en la alcaldía”, aseguró.
En este momento se harán 41 auditorías en todo el país.
Para Mineros, las auditorías son “normales y esta es financiera y de cumplimiento legal”.
El informe estará listo en mayo, según las proyecciones del Tribunal Superior de Cuentas. “Lo que queremos ver es la ejecución de los fondos en las dependencias municipales”
El informe de 2011 se denominó “Auditoría especial sobre sueldos y salarios, prestaciones pagadas, préstamos personales y beneficios sindicales y jubilaciones” y entre los hallazgos de esa auditoría está que se otorgaron aumentos de sueldo con porcentajes altos a algunos empleados de la Municipalidad, autorizados únicamente por el alcalde, sin contar con la autorización de la Corporación Municipal y sin el análisis previo para medir el impacto económico.
Además no se encontraron aprobados por la Corporación Municipal algunos manuales y el reglamento interno de trabajo.
En 2001 se dejó claro que la administración municipal se excedió en el gasto de funcionamiento, según ese informe del TSC.
También se detalló que los regidores que integran las comisiones permanentes de trabajo en la Municipalidad no marcan su asistencia diaria en el reloj marcador ni se elaboran informes mensuales para el pago de sueldos y salarios de los mismos.
Además, que pagan un beneficio o conquista sindical a exempleados, lo que la Municipalidad considera y registra como jubilaciones, aunque dicho gasto es otra carga laboral y no existe supervisión ni control del personal contratado.