En un ambiente emotivo e impregnado de recuerdos, más de 400 sampedranos acudieron la tarde del sábado al homenaje póstumo de Teresa de María Campos de Pastor, fundadora del Museo de Antropología e Historia, promotora de la cultura y protectora de los patrimonios nacionales.
La ceremonia se llevó a cabo de 3:00 a 5:00 pm, en el auditorio del museo, donde, en una caja de madera, colocada sobre un pedestal adornado con hermosas flores blancas, yacían las cenizas de doña Teresita, como solían llamarla de cariño.
En el auditorio, la familia Pastor de María y Campos ocupaba la primera fila del lado izquierdo, mientras que en el otro extremo se encontraban distinguidas personalidades de la sociedad sampedrana.
Durante su discurso, el ministro de la Presidencia, Rodolfo Pastor de María y Campos, recordó con cuanta ilusión recibió su madre el proyecto del museo, así como el amor y empeño que le ponía a su trabajo.
A manera de broma, dijo que él y sus hermanos se sentían celosos porque el museo se convirtió en uno más de sus hijos. También manifestó que ahora, tanto su familia como los sampedranos tienen la responsabilidad de velar para preservar el legado que dejó su madre.
Por su parte, Roxana Pastor de Fasquelle, recitó un poema donde describió a doña Teresita como una tejedora de vida y “cuidadana”, una ciudadana que “cuida y construye a través de la convivencia y trabajo colectivo”.
Añadió que “Tere”, como solía llamarla, “fue una mujer singular, que escogió vivir en Honduras y compartir con pasión y humildad su esencia y conocimientos”.
Mientras que, Rodolfo Pastor Fasquelle, con quien estuvo casada por 52 años, recordó a Campos como una mujer intelectual, que siempre estuvo dispuesta a servir a los demás.Contó que se conocieron en una clase de la universidad, donde se enamoró de ella, no solo por su belleza física, sino por su intelecto, la pasión por su carrera y su noble corazón.
Expresó que como familia se sienten honrados por el homenaje, ya que Teresa Campos de Pastor vivió más de la mitad de su vida en San Pedro Sula, donde sirvió a esta ciudad, teniendo un don de gente y una simpatía con la que se ganó el afecto de quienes la conocieron.
Durante el evento se realizaron varias presentaciones artísticas, uno de los momentos más emotivos fue cuando los niños del Programa Paso a Paso entonaron la popular canción “Recuérdame”.
Al finalizar el homenaje se invitó a los asistentes a departir en la cafetería del museo, donde se sirvieron platos típicos, degustación de chocolate y se amenizó con una marimba, tal como a doña Teresita le habría gustado.
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