Poniendo en riesgo su vida y la de sus familiares, los médicos, enfermeras y personal sanitario de Honduras son los héroes anónimos de uno de los desafíos más grandes que ha enfrentado el país y el mundo durante la historia reciente.
El personal de salud se convirtió en el gran gladiador desde el inicio de la pandemia por covid-19 en nuestro territorio en marzo de este año, desde entonces han fallecido 56 médicos tras contraer la enfermedad y al menos 3,000 más han resultado contagiados mientras realizan su labor diaria.
Orlando Soler, médico pediatra del Seguro Social de San Pedro Sula, ha sido el más reciente en morir a causa de este mal, quien apenas comenzaba a gozar de su jubilación luego de una vida trabajando por salvar la vida de miles de menores en la zona norte.
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Óscar Sánchez, delegado presidente del Colegio Médico de Honduras y especialista del hospital Mario Rivas, relató a LA PRENSA los momentos de angustia que vivió cuando en marzo fue diagnosticado con el peligroso virus, convirtiéndose en uno de los primeros doctores en ser afectado en el país, en un momento en el que todavía había mucho desconocimiento del nuevo coronavius.
“Me contagié cuando aún no había exámenes de laboratorio y solo contábamos con PCR, bajo esas condiciones me enfermé. Estuve casi un mes hospitalizado, de los cuales 10 días los pasé en la unidad de cuidados intensivos, pero gracias a Dios salí de eso y sin duda ha sido un renacer para mi vida, donde valoro más a Dios, la familia y los amigos”, dijo Sánchez.
El médico resintió que, pese a la ardua labor y las extensas jornadas laborales que han mantenido, no han recibido el apoyo suficiente del Gobierno con la entrega de equipos de bioseguridad y espacios seguros.
Lesbia Villatoro, jefa de la Región Metropolitana de Salud de San Pedro Sula, asumió su cargo cuando la pandemia recién comenzaba y hace pocos días sufrió la pérdida de su madre por complicaciones con el covid-19. “Yo incluso me fui de la casa para no exponer a mi familia, lastimosamente mi mamá vivía en La Lima y las inundaciones pudieron ser la fuente de contagio”.
La funcionaria de la salud resaltó el valioso esfuerzo que hacen los equipos que conforman las brigadas móviles, triajes y los centros de salud, ya que se olvidaron de sus días de descanso y vacaciones para estar en las salas de covid-19 brindando atenciones las 24 horas.
A la fecha han dado 18,138 atenciones en barrios y colonias, realizado 313 visitas a los albergues, aplicado 2,288 pruebas rápidas y más de 92,800 asistencias en los triajes.
Enfermeras
Josué Orellana, presidente de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares de Honduras (Aneeah), indicó que 30 auxiliares de enfermería han perdido la batalla, mientras otras 2,600 más se han contagiado, de las que 13 siguen hospitalizadas y dos están en cuidados intensivos.Consideró que el sacrificio hecho por todo el personal de primera línea es invaluable, ya que hay algunos de sus compañeros que tienen más de cuatro meses sin ver a sus familias por temor a exponerlos a la enfermedad.