Padres de familia y estudiantes de la escuela Luis García Bustamante, de la colonia Pradera en San Pedro Sula, protagonizaron una protesta pacífica exigiendo a la Dirección Departamental de Educación de Cortés la pronta asignación de maestros y autoridades escolares.
Los manifestantes cerraron los portones de la institución educativa como medida de presión, impidiendo el ingreso del personal administrativo y de los alumnos.
Según los padres, esta situación es insostenible, ya que los alumnos del segundo grado en la jornada vespertina no han recibido clases desde hace varias semanas, debido a la jubilación de la maestra encargada. Son alrededor de 30 niños los afectados por falta de profesores.
“Ya pasó el primer parcial y nuestros hijos no han aprendido lo suficiente. Están en sus casas, sin tareas, sin formación, perdiendo el tiempo, mientras las autoridades guardan silencio”, denunció Pamela Orellana, una madre visiblemente molesta. “Esto es un derecho, no es un favor. La educación es obligatoria y el Estado tiene que garantizarla”.
Exigen la asignación de un director
Además del vacío docente en segundo grado vespertino, los padres también demandan la designación urgente de un director o directora titular, ya que actualmente la escuela solo cuenta con una subdirectora, lo que ha dificultado la gestión interna y la respuesta oportuna a problemas administrativos y académicos.
Otra madre de familia, quien prefirió no identificarse por temor a represalias, también expresó su frustración: “No es solo un maestro el que falta. Es una cadena de irresponsabilidad. Sin dirección, sin docentes, sin control. Estamos abandonados. Si no recibimos una respuesta concreta esta semana, nos tomaremos la Dirección Departamental”.
La protesta, aunque pacífica, evidencia una problemática que afecta no solo a esta institución, sino a muchos centros escolares del país, donde la falta de personal, los retrasos en asignaciones, y el limitado presupuesto educativo impactan directamente en la calidad de la enseñanza.
Desde tempranas horas de la mañana, los estudiantes llegaron con sus uniformes y cuadernos, con la esperanza de ingresar a clases. Sin embargo, al encontrarse con los portones cerrados y la protesta en curso, regresaron a sus hogares.
Padres de familia lamentaron este escenario, asegurando que la niñez está pagando las consecuencias de la inacción estatal.
Los niños son los más afectados
“No es justo que se hable de avances en educación cuando en las escuelas más necesitadas hay niños que no han visto a un maestro en meses. Esto no es una protesta por capricho, es por el futuro de nuestros hijos”, concluyó Orellana.
Los padres han anunciado que, de no obtener respuesta en las próximas horas, radicalizarán las acciones y buscarán apoyo en organizaciones de derechos humanos para visibilizar su situación.