Las altas temperaturas no solo representan un riesgo para los seres humanos. Las mascotas, en especial perros y gatos, también sufren las consecuencias de las olas de calor que actualmente afectan la zona norte y otras regiones del país.
Veterinarios y expertos en salud animal han lanzado una advertencia urgente, ya que el calor extremo puede causar desde deshidratación hasta golpes de calor fatales si no se toman las precauciones adecuadas. La prevención, aseguran, es la clave para evitar tragedias.
Victoria Medina, residente de San Pedro Sula y dueña de dos perros, relató que ha tenido que adaptar su rutina para proteger a sus mascotas.
“Nosotros los mantenemos siempre hidratados y, para aliviar el calor, los refrescamos con paños húmedos de agua fría”, comentó. También mencionó que los signos de agotamiento son evidentes, jadeos intensos y letargo.

La veterinaria Adriana Vásquez confirmó que en los últimos días han atendido varios casos de mascotas afectadas por el calor, “ignorar los efectos de las altas temperaturas puede poner en riesgo la vida de los animales, incluso mantenerlos dentro de casa puede ser peligroso si no hay una ventilación adecuada”, explicó.
Vásquez detalló que muchos dueños cometen el error de pensar que un ventilador es suficiente, “si el aire que circula está caliente, no ayuda, lo ideal es utilizar aire acondicionado o, al menos, ubicar a la mascota en un área fresca, con sombra y buena ventilación natural. La respiración se ve afectada por el calor excesivo, y eso compromete el funcionamiento de órganos vitales”, añadió.

Entre las principales recomendaciones de los especialistas se incluyen:
Evitar paseos durante el día: lo ideal es salir a caminar muy temprano, antes de las 6:00 a.m, o después de las 7:00 p.m, cuando las temperaturas descienden.
Mantener una hidratación constante: el agua debe estar limpia y fresca, y debe estar siempre disponible.
Refrescar el cuerpo del animal: en caso de calor excesivo, mojar con cuidado el pecho, abdomen e ingles ayuda a regular la temperatura corporal.
Proporcionar un entorno seguro: un lugar fresco, con sombra y circulación de aire, es esencial. Nunca se debe dejar a una mascota en un vehículo cerrado, ni siquiera por pocos minutos.

Vigilar signos de golpe de calor: jadeo excesivo, encías rojas, vómitos, debilidad o colapso pueden ser señales de una emergencia médica.
La temperatura corporal normal de un perro oscila entre los 37.5 y 39 grados Celsius. En casos de golpe de calor, esta puede aumentar peligrosamente hasta los 41 o 43 grados, lo cual pone en riesgo su vida.
Los especialistas insisten en que la responsabilidad recae en los dueños. Estar atentos y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de una mascota durante una ola de calor.