A simple vista parecen ser mujeres comunes y corrientes, pero esconden entre sus historias la virtud de poder cambiar la vida de los demás a través de sus buenas acciones.
Así son las tres finalistas al Premio Quetglas 2022, tres hondureñas que comparten el entusiasmo de ayudar a los menos favorecidos, motivo para que en sus comunidades sean consideradas verdaderas heroínas.
Ana Lisseth Cruz, Chasty Fernández y Dunia Osorio, fueron las seleccionadas entre un grupo de más de 15 perfiles postulados durante el periodo de nominaciones del premio.
El Premio Quetglas fue una iniciativa impulsada por el padre Antonio Quetglas (QEPD), quien en vida se caracterizó por su don de servicio y solidaridad, lo que lo llevó a crear la Fundación de Obras Sociales Vicentinas (Osovi), desde la cual ayudan a niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, enfermos, entre otros grupos en riesgo. Desde 1995 a la fecha, la fundación ha incidido de manera positiva en al menos 200,000 hondureños vulnerables, procedentes de San Pedro Sula y Tegucigalpa. Es por esta razón que el premio reconoce desde el 2013, a personas con una trayectoria filántropa, y que de manera anónima son agentes de cambio.
Las candidatas al galardón des este año destacan por sus proyectos de impacto en las áreas educativa y social, al tiempo que acercan los servicios de salud integral a mujeres víctimas de violencia, donde también sus hijos se ven beneficiados.
Johana Zaldívar, administradora de la fundación Obras Sociales Vicentinas (Osovi), dijo que la terna elegida ha desarrollado actividades de relevancia colectiva, y lo más importante, han logrado transformar, integrar y mejorar la calidad de vida de las poblaciones.
Ángeles terrenales. Dunia Osorio (51 años), originaria de San Lorenzo, Valle, es la menta detrás de la fundación Brighter Lives (Vidas más Brillantes), la cual nació en el 2013, luego de que la también fotógrafa realizara una sesión fotográfica sobre la vida cotidiana de quienes menos oportunidades tienen.
“Todo empezó en una Navidad, cuando con un conocido de Inglaterra ideamos entregar regalos a niños de comunidades vulnerables. Luego una señora en Alemania me contactó y me dijo que quería ayudar y empezó nuestra aventura”, relató.
A la fecha, Dunia y un equipo de voluntarios, han logrado construir tres escuelas en Choluteca y restaurado muchas más, beneficiando a más de 30,000 menores en una década.
Ana Lisseth Cruz (62 años), es la directora ejecutiva de la Asociación Calidad de Vida, organización que trabaja con mujeres y niñas víctimas de violencia doméstica.
Fue hace 25 años que Ana tuvo la inquietud de crear espacios que protegieran a un segmento de su género que ha sido maltratado, debido a la invisibilidad de las autoridades. “Iniciamos con una casa refugio y ahora tenemos tres. Atendemos a unas 600 personas cada año con atención integral en los diferentes niveles”, explicó.
Chasty Fernández (43 años), nunca imaginó que su proyecto Héroes 504 podría llegar a trascender fronteras. La iniciativa dirigida por ella busca impulsar la enseñanza y aprendizaje en diferentes áreas, como la astronomía y la literatura y aunque empezó en 2019 en Tegucigala, actualmente se extiende en varios países de centro y sur América.