Carlos Roberto Maldonado encontró en Dios y la música un camino para servir a otros, y desde 2013 estableció una escuela de música donde beca a menores para darles una oportunidad y alejarlos de la violencia.
La escuela cristiana de música, a la que llamó Asaf, se ubica en la colonia El Carmen de la Capital Industrial y desde su fundación ha formado a 200 menores en la ejecución profesional del piano, guitarra, violonchelo, violín, batería y otros instrumentos.

Maldonado dijo que el objetivo que dio apertura al centro fue fomentar el arte en colonia El Carmen; pero pronto esta visión atrajo a niños de otras comunidades en riesgo social.
“Vienen niños a aprender y no conocemos a sus padres, pero los adoptamos para que ellos puedan tener un entretenimiento sano y aprendan algo que les va a servir en la vida.Vienen de los alrededores, de Las Brisas de Expocentro e incluso de Chamelecón”, comentó.
Escuela Asaf Cada año, la escuela brinda un concierto de cierre y recientemente se hizo en el Centro Cultural Sampedrano. Los niños y maestros realizan actividades para poder costearlo.
Los menores se forman durante cuatro años y se les extiende un certificado, y Maldonado espera que pronto se dé una vía para poder ser validados ante Gobierno en esa rama formativa.
“La música es algo que les da una visión amplia, debe ser una parte integral de la formación de los niños, complementada al área académica. Los niños encuentran un refugio en la música, en lugar de cosas que los puede sumergir en un mal camino”, agregó.

Maldonado recuerda que inició la escuela con cuatro niños que llegaban a la iglesia donde él sirve, la Iglesia Cristo Misionera (ICM) de colonia El Carmen.Fue así que muchos niños comenzaron a buscarle para aprender a ejecutar instrumentos.
En la actualidad, la escuela funciona los días sábados en el centro educativo María Argentina Cruz, ubicado en esa colonia, y con la colaboración de su directora Ana María Gómez, quien cree en la visión de Maldonado.
Sin embargo, debido a la cantidad de niños que quieren aprender, la escuela da clases entre semana de forma virtual. En esa modalidad hay menores de departamentos como Yoro y de zonas fronterizas.

Josué Montoya (de 18 años), quien desciende de una familia de músicos; pero con muchas limitantes económicas, tuvo la oportunidad de ingresar a la escuela y poco a poco se enamoró de la música.
Sus días en Asaf le sirvieron para superar problemas familiares y económicos. En la actualidad estudia a distancia y trabaja, y en sus ratos libres toca los instrumentos, le producen paz y son “su área segura”.
“Mi objetivo es seguir aprendiendo, el otro año termino mi bachillerato y quiero estudiar Medicina o Ingeniería Eléctrica”, dijo.
