No solo se graduaron personas con tienen retos físicos, sino también otros que buscan una segunda oportunidad.
Una de las alumnas fue pandillera y otros son deportados de Estados Unidos. Tienen hoy otras aspiraciones y se capacitan para salir adelante.
El presidente de Recacel, Walter López, dijo que están haciendo gestiones y expusieron el caso a diputados con el fin de que los egresados se beneficien con un préstamo para montar su taller y convertirse en microempresarios.
López expresó que presentaron el proyecto en el despacho de la primera dama para instaurar el programa a nivel nacional.
En los próximos días comienzan nuevos cursos.