El jefe regional de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, Nahuel Arenas, viajó a Honduras para participar en la Semana de la Sostenibilidad 2025, donde destacó la importancia de las alianzas público privadas para fortalecer la resiliencia empresarial en un contexto de crecientes riesgos.
¿Cuáles son los principales riesgos que enfrentan las empresas a nivel global y regional, y como pueden anticiparse a estos?
Estamos en un mundo de creciente incertidumbre, estimamos que de aquí a 2030 van a haber 560 desastres de dimensión mediana a grande por año, esto es un desastre y medio por día. Este es el marco en el que tienen que operar las empresas de nuestra región, de nuestras economías que están en una creciente vulnerabilidad e intensificación de desastres.
Se estima que la región pierde $58,000 millones a causa de los desastres, sobre todo de origen meteorológico. En Centroamérica son $6,000 millones de pérdidas anuales. El costo es muy grande, no nos podemos permitir. Queremos transformar nuestras sociedades y economías, y el rol del sector privado es fundamental para liderar el cambio.
Para anticiparse, en primer lugar hay que comprender el riesgo, que estamos en un contexto de múltiples riesgos y de vulnerabilidades compuestas, no solo prepararnos para un huracán este año. Con estas tormentas se conjugan vulnerabilidades estructurales de nuestros países, de pobreza, desigualdad y endeudamiento con poco margen fiscal. Este es el marco en el que tenemos que prosperar y construir una visión de desarrollo sostenible, a través de conocer el riesgo, planificar mejor e integrar el conocimiento del riesgo en las decisiones de inversión y modelos de negocios.
¿De qué manera la inversión en la resiliencia impacta la continuidad operativa y competitividad de las empresas?
El costo de los desastres es altísimo, también hay un alto costo en abordarlos de manera reactiva, (por eso) tenemos que pasar a una cultura de la prevención que es un modelo más costo-eficiente. No es ver la construcción de la resiliencia como un gasto o un acto filantrópico. Es verlo realmente desde el punto de vista de la competitividad de las empresas, la capacidad de dar continuidad a los negocios en caso de un evento, resiliencia de toda la cadena de suministro y mirar a la empresa en su ecosistema.
¿Qué herramientas recomienda implementar al sector privado para evaluar su nivel de resiliencia frente a desastres o crisis de índole social y económica?
En primer lugar es hacer un análisis de riesgo, entender como los riesgos pueden afectar los modelos de negocios. Luego hacer las inversiones adecuadas para la resiliencia no solo de la empresa, sino de todo su ecosistema. Toda empresa debe tener su plan de reducción de riesgos, un plan de continuidad de negocios, de cómo la empresa se posiciona en un mundo con mayores y mayores riesgos.
¿Cómo pueden fortalecer su capacidad de respuesta las medianas y pequeñas empresas cuando se tienen recursos limitados?
Uno de los trabajos fundamentales de Arise es el apoyo a Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), no solo porque son responsables de la mayor parte de la mano de obra en nuestra región de América Latina y el Caribe, sino también porque son a las que más le cuestan reponerse ante un desastre.
Para ellas tenemos formaciones, herramientas que son realmente fáciles de utilizar, que les permite hacer una autoevaluación de sus riesgos y encaminarlas hacia el desarrollo de planes para la reducción de riesgos. Estamos muy preocupados y muy enfocados en la reactivación de las Pymes en un contexto de mucha incertidumbre y crecientes eventos, sobre todo de índole meteorológico.
¿Qué papel juegan las alianzas público privadas en la consolidación de una cultura empresarial resiliente?
El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres es la hoja de ruta global para la reducción de riesgos adoptada por la Asamblea General de la ONU con 187 países en 2015. Hay un mensaje muy claro que nos deja, y es que la resiliencia es responsabilidad de toda la sociedad y por supuesto los gobiernos tienen un rol fundamental en la protección de los ciudadanos, pero todos debemos poner de nuestro esfuerzo para generar una cultura de la prevención.
El sector privado tiene un rol de liderazgo muy importante en su capacidad de innovación, agilidad, capacidad de aportar soluciones, tecnología, servicios y productos que ayuden a las sociedades a ser más resilientes. Por lo tanto, la interlocución entre el sector público y el privado es fundamental. Otro aspecto por el cual es importante es porque la mayor parte de las inversiones en nuestros países vienen del sector privado, es fundamental que estas inversiones sean resilientes y contribuyan a construir resiliencia y no nuevos riesgos.
¿Qué tipo de cultura organizacional se necesita para que la prevención de riesgos sea una responsabilidad compartida?
Creo que hoy en día las empresas entienden que son parte de un todo, que son parte de una comunidad, una sociedad, un país y que por tanto crear una cultura de la prevención en la sociedad también tiene que ser, tiene que venir del lado de las empresas.