Más de 40 parejas de diferentes sectores de la capital industrial iniciaron formalmente una nueva etapa en sus vidas al contraer matrimonio civil como parte de la IV edición del proyecto Bodas de Caná, una iniciativa impulsada por la alcaldía con el objetivo de fortalecer el núcleo familiar.
Las emotivas ceremonias comenzaron este viernes en el Salón Cultural de la Plaza de las Banderas, donde se llevó a cabo la primera jornada de matrimonios civiles. Las parejas participantes solo pagaron un lempira por el trámite legal, gracias al apoyo logístico y administrativo de la comuna.
Además, cumplieron con requisitos básicos como la constancia de soltería, identidad, solvencia municipal, antecedentes penales, constancia de charlas prematrimoniales y la presencia de dos testigos mayores de edad.
Kevin Guzmán, coordinador de matrimonios de la municipalidad, explicó que este es solo el primer grupo de una serie de matrimonios que se celebrarán durante agosto. “La meta es consolidar legalmente a miles parejas que desean formalizar su relación y dar un paso firme hacia la estabilidad familiar”.
Entre las historias destacadas estuvo la de Javier Palacios y Ada Meléndez, quienes, después de vivir diez años en unión libre, decidieron sellar su amor ante la ley.
“Es un honor y un orgullo formalizarnos. Ahora nuestro hogar está aún más bendecido, es una nueva etapa para nuestras vidas y la de nuestra familia”, expresó emocionado Palacios.
El evento también contó con la participación de emprendedores locales que colaboraron con donaciones. Enora López, propietaria de Enora’s Kitchen, instaló un stand con postres y donó un pastel que fue sorteado entre las parejas asistentes.
El alcalde de San Pedro Sula, Roberto Contreras, subrayó que el proyecto Bodas de Caná busca algo más que legalizar uniones: “No se trata solo de construir obras físicas, sino de fortalecer a la sociedad desde su base: la familia”.
El evento culminará con una gran ceremonia eclesiástica el sábado 27 de septiembre, en la Iglesia de Cristo Ebenezer, donde se espera la participación de hasta 2,000 parejas, en lo que se proyecta como la boda más grande de América.
“El apoyo de la iglesia evangélica ha sido fundamental. Todos están contentos, y sabemos que será un evento de gran bendición para la ciudad”, agregó el jefe edilicio.
Como incentivo adicional, todas las parejas que se casen durante esta edición participarán en el sorteo de un vehículo, iniciativa que busca motivar aún más a quienes han postergado formalizar su unión.
La alcaldía de San Pedro Sula invita a las parejas interesadas a inscribirse en esta histórica jornada. El trámite continúa siendo accesible y simbólico, con un costo de tan solo un lempira.