San Pedro Sula es el principal municipio de origen de población emigrante de Honduras, ya que aproximadamente el 8.2% sale de esta ciudad.
De acuerdo con un estudio del mercado laboral en sectores económicos estratégicos realizado por diversas organizaciones, en San Pedro Sula la población mantiene bajos niveles de ingresos, que se reflejan en que el 68.1% de estos perciban ingresos menores al salario mínimo, lo cual provoca que el 52.5% vivan en condiciones de pobreza, de los que el 23.9% están en pobreza extrema.
El acceso a la educación es un factor que condiciona las oportunidades laborales de los jóvenes, ya que se estima que el 2.7% de las personas de entre 15 a 24 años no cuentan con educación, y un 79.3% solo con educación secundaria, convirtiéndolos en un grupo vulnerable ante las desigualdades existentes en el entorno económico.
El Sistema Integral de Atención al Migrante Retornado (Siamir) establece que desde 2016 a 2021 más de 73,153 migrantes del departamento de Cortés han sido regresados desde Estados Unidos, México y Guatemala.
En 2018 se registraron 13,675 repatriados y en 2019 fueron 19,774, siendo estos los dos años con mayor número del departamento de Cortés.
De ese total, de San Pedro Sula ha habido 29,907 retornados en los últimos cinco años. De ellos, 22,977 son adultos y 6,930 niños.
Usaid a través de su oficina de Educación está ejecutando seis proyectos en el país con una inversión de más de $200 millones.
Choloma representa apenas el 3.10% de los hondureños retornados a nivel municipal; es decir, unos 11,319 cholomeños han sido repatriados desde 2016 a 2021.
“En las grandes ciudades primero se da la migración rural a lo urbano, y luego a la emigración a otros países”, dijo Cecilia Ganoza, oficial nacional de operaciones de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Ganoza indicó que la falta de empleo o la esperanza de tener un mejor trabajo con mayores ingresos son de las principales causas de la migración irregular, además de la inseguridad, los altos índices de violencia y la reunificación familiar.
“Ahorita, las edades principales son de 21 a 30 años, personas jóvenes y con capacidad laboral, y la mayoría son hombres”, manifestó.
Cada vez son más las familias completas, incluyendo niños, que emprenden la ruta migratoria hacia los Estados Unidos, algunos en menor número se establecen en México.
Ganoza explicó que es muy importante que las personas sean conscientes del riesgo, muchos son engañados y viajan con traficantes de personas como menores no acompañados.
“Este 2022 estamos viendo un aumento en la cantidad de retornados, en 2021 hubo 52,000 en todo el año, para este semestre de 2022 ya llevamos más de 44,000 retornados”. Un alto porcentaje de los jóvenes intentan hasta tres veces llegar a Estados Unidos.
Mercedes Pérez, gerente de programa de apoyo a migrantes retornados de la Comisión Acción Social Menonita, manifestó que han apoyado a más de tres mil jóvenes de 12 a 32 años con un programa de reinserción con ayuda psicosocial, humanitaria, formación técnica vocacional y becas para que los jóvenes retomen sus estudios universitarios y de secundaria.
También apoyan nuevos emprendimientos, todo esto con el fin de evitar que los jóvenes tengan que migrar por falta de oportunidades.
La agencia de ayuda internacional World Vision, que también trabaja en diversos programas para prevenir la migración, detalló que 82% de los refugiados y desplazados no pueden satisfacer las necesidades básicas para que los niños sobrevivan, como alimentación, atención médica o alquiler.
