San Pedro Sula.
Adolfo Sarmiento Castejón, dedicado a la tapicería y elaboración de muebles en el barrio Cabañas, de la Capital Industrial, lleva 15 años elaborando monigotes y cada año la popularidad de sus muñecos crece entre la población.
Entre las figuras más pedidas por los clientes figuran expresidentes de la república, candidatos y excandidatos a la presidencia, como Manuel Zelaya, Salvador Nasralla, el Grinch, entre otros.
Entre las novedades están los monigotes con la figura humanoide del virus del covid-19 y del exdirector de Invest-H Marco Bográn.
Sarmiento, con su taller entre la 13 y 14 avenidas y 12 calle del barrio Cabañas, elabora un monigote personalizado en una hora a un valor de L700 y su modelo genérico “ Año Viejo” a L550.
“Mis monigotes son pedidos en todo Cortés, en La Ceiba, Tela, Morazán y Tegucigalpa, hasta a Nicaragua los he mandado”, dijo Sarmiento.
Muchos de los clientes han comprado su monigote por años, que además de servir para despedir las malas vibras son una forma de protesta contra la injusticia, la corrupción y otros males que afectan al país, dijo el tapicero. “Esta es una tradición de pueblo que les gusta a muchas personas”.
Adolfo Sarmiento Castejón, dedicado a la tapicería y elaboración de muebles en el barrio Cabañas, de la Capital Industrial, lleva 15 años elaborando monigotes y cada año la popularidad de sus muñecos crece entre la población.
Entre las figuras más pedidas por los clientes figuran expresidentes de la república, candidatos y excandidatos a la presidencia, como Manuel Zelaya, Salvador Nasralla, el Grinch, entre otros.
Entre las novedades están los monigotes con la figura humanoide del virus del covid-19 y del exdirector de Invest-H Marco Bográn.
Sarmiento, con su taller entre la 13 y 14 avenidas y 12 calle del barrio Cabañas, elabora un monigote personalizado en una hora a un valor de L700 y su modelo genérico “ Año Viejo” a L550.
“Mis monigotes son pedidos en todo Cortés, en La Ceiba, Tela, Morazán y Tegucigalpa, hasta a Nicaragua los he mandado”, dijo Sarmiento.
Muchos de los clientes han comprado su monigote por años, que además de servir para despedir las malas vibras son una forma de protesta contra la injusticia, la corrupción y otros males que afectan al país, dijo el tapicero. “Esta es una tradición de pueblo que les gusta a muchas personas”.
