A ciegas monitoreo satelital de ríos Ulúa y Chamelecón por "impasse"
Desde el Centro de Estudios del Valle de Sula confirmaron que no tienen acceso a los reportes satelitales del caudal de los ríos Chamelecón y Ulúa, datos claves para la toma de decisiones durante la época lluviosa
- 23 de septiembre de 2025 a las 07:20 /
En el valle de Sula no se puede saber con precisión cuánta agua llevan los ríos ni anticipar con certeza si una crecida podría derivar en una inundación.
Las estaciones satelitales que brindaban esos datos en tiempo real están fuera de servicio desde hace casi dos meses, dejando a las comunidades y autoridades prácticamente a oscuras en plena temporada lluviosa.
Aunque existen otras herramientas de monitoreo, estas no son suficientes ante eventos extremos. La capacidad de respuesta se reduce considerablemente cuando no hay alertas tempranas confiables, sobre todo en una región donde el desbordamiento del Ulúa o del Chamelecón puede tener consecuencias graves en cuestión de horas.
Fuentes que trabajan en el área de prevención y mitigació para el Valle de Sula señalaron a este medio que la interrupción se originó por un “impasse” con la Dirección General de Recursos Hídricos (DGRH) de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente.
LA PRENSA Premium hizo un recorrido por varias estaciones telemétricas, donde se constató que las personas encargadas de tomar mediciones no pueden entrar a las casetas, pues una encargada de Recursos Naturales ordenó colocar candados.
Ante esta situación, en la estación de Chinda, Santa Bárbara, un empleado de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) toma fotografías con su celular a los niveles del río para enviarlas a los técnicos.
La situación preocupa a los habitantes de Santa Bárbara, pues a diario hay lluvias y el nivel de los ríos Ulúa y Chamelecón aumenta.
Monitoreo de ríos
Sobre esa situación, LA PRENSA Premium consultó a Luis Dacosta, jefe de la Unidad de Hidrología del Departamentos de Cuencas del Centro de Estudios y Desarrollo del Valle de Sula (CEDVS), quien expuso que las estaciones no solo son usadas por su centro, sino también por medios de comunicación y tomadores de decisiones que dependen de estos datos para reaccionar ante amenazas naturales.
Explicó que actualmente hay un problema con el equipo de alta tecnología que funciona vía satélite: “Hemos tenido inconvenientes con la sostenibilidad de ellos por algún ‘impasse’ que se ha presentado con la Dirección General de Recursos Hídricos, pero ya se ha hecho la comunicación con las autoridades para que esta semana se pueda dar solución y rehabilitarlas cuanto antes”.
Afortunadamente, estas semanas han registrado únicamente lluvias recurrentes por ondas tropicales que generan crecidas medias, afectando sectores de carácter agrícola en el Valle de Sula, pero de presentarse un fenómeno extraordinario es necesario tener acceso a los reportes para comunicar a tiempo la situación.
“Por ejemplo, si la represa Francisco Morazán (El Cajón) tuviese necesidad de abrir compuerta, entonces necesitamos ese dato puntual, aguas abajo de la represa, en la estación Santiago, el dato de la estación en Chinda, Santa Bárbara”, expuso el experto.
Ante la carencia de información satelital se han auxiliado de una plataforma desarrollada por ingenieros que imparten clases en el colegio Independencia de Santa Bárbara. El grupo instaló un equipo de monitoreo en tiempo real con sensores y cámaras.
Sin embargo, Dacosta subrayó que es indispensable la información de las estaciones Chinda, La Vegona y Santiago. Al funcionar vía satelital se garantiza una mejor operatividad, pues el resto de sistemas puede fallar cuando hay interrupciones en la conectividad o energía, incluso por el mismo embate de las lluvias.
En ese sentido, esperan que el componente con Copeco y la Dirección de Recursos Hídricos se pueda integrar, porque son dos redes fundamentales. No solo se limitan a medir el nivel de los ríos, sino que permite ver el comportamiento de las lluvias, así como otros parámetros, como la presión atmosférica y la humedad.
Estas estaciones funcionan con un servicio satelital que provee, mediante un acuerdo, con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), instalado en 1998 a consecuencia del huracán Mitch. El objetivo era fortalecer el sistema de alerta temprana.
El equipo es sofisticado y, por ende, costoso. La inversión más reciente para cada estación sobrepasa los 20,000 dólares (más de medio millón de lempiras), destinado al reemplazo de piezas y componentes.
Vigilancia a puro ojo
Los expertos del Centro de Estudio del Valle de Sula, dependencia de la SIT, creen que el problema se debe “quizá por desconocimiento”, pues cambiaron candados en las estaciones bajo la idea de que se realizaba un mal uso de las plataformas.
Esos sistemas han sido manejados por el Centro de Estudios del Valle de Sula en coordinación con el equipo técnico de Recursos Hídricos. Producto de la acción hay consecuencias negativas: personal especializado se ha retirado y no han tenido los recursos suficientes para contratar nuevo que cubra la red de unas 90 estaciones.
La inestabilidad de la naturaleza y el clima obliga a las autoridades a disponer de todos los recursos necesarios para el monitoreo. Uno de ellos es el ojo de don Jeremías Rivas Linares, residente de Chinda y quien es el encargado de parte de la SIT de medir a diario el caudal del río Ulúa en esa zona. Desde las 6:00 am hasta las 6:00 pm monitorea en un intervalo de cada hora, aunque lo realiza con más frecuencia si suben los niveles.
Es consciente de que al no tener las lecturas del satélite tiene que estar más pendiente del río e, incluso, cuenta que sale en horas de la madrugada o altas horas de la noche a revisar las marcas a la orilla del afluente.
“Estamos solo con el monitoreo personal, hago fotografías con mi celular de la escala que tenemos marcada y luego lo envío a los técnicos”, describió.
Presupuesto en caída
Nabil Kawas, exdecano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), tildó de “un mal viejo” que las estaciones hidrometeorológicas dejen de funcionar por falta de mantenimiento a causa del bajo presupuesto.
El experto aseguró que las instituciones no compran equipos, sino que lo hacen a través de proyectos financiados por organismos internacionales.
Entonces “consiguen fondos, instalan las estaciones, y eso ha sucedido durante muchos años, y a la larga el presupuesto bajo en esas instituciones es común”, lamentó.
Detalló que ocurre en meteorología y en recursos hídricos, pero lastimosamente al poco tiempo de instalar las estaciones se quedan paralizadas porque “no le dan mantenimiento ni operación y siempre la excusa ha sido esa, de que no tienen presupuesto”.
Kawas afirmó que no solo es un problema institucional, sino de Gobierno, porque a veces la reparación que necesitan es algo sencillo, pero como no hay fondos prefieren que no funcionen.
Otro problema es que “son equipos muy actualizados, muy modernos, automáticos y, por lo tanto, se puede decir que son desechables; o sea, cuando un equipo se arruina es un milagro poder encontrar un repuesto para arreglar, es algo parecido a los radares”, explicó.
Advirtió que el impacto en estos casos es grande porque los datos de las estaciones permiten tener información básica primaria para que se pueda hacer un pronóstico.
En muchos casos, cuando las estaciones no funcionan, los técnicos recurren a estaciones satelitales.
En el caso de las estaciones hidrometeorológicas aseguró que lo que permiten es conocer la dinámica de los ríos y quebradas para saber cuándo habrá un desbordamiento.
31%
se redujo
el presupuesto de Copeco de 2022 a 2025
“Entonces, el nivel de los ríos siempre es uno de los datos hidrológicos y meteorológicos importantes como para poder determinar una decisión; por ejemplo, de evacuación de alguna comunidad. O sea, si hay estudios que normalmente le indican que si este río, por ejemplo, el Goascorán, el Ulúa o el Sulaco, cualquiera de esos ríos, alcanza un cierto nivel, automáticamente puede llegar a producir una inundación. Entonces ahí es donde se dan las alertas para ordenar una evacuación”, explicó.
Paralelo a este problema, también está el recurso destinado a los cuerpos de prevención y socorro. El presupuesto asignado a la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) se redujo en un 31.45% en los últimos cuatro años.
Los reportes publicados en el Portal de Transparencia de Copeco muestran que para 2022 se asignaron 593.1 millones de lempiras para el funcionamiento de la institución; sin embargo, para 2023 la cifra aprobada cayó un 22.82%.
Para 2024 hubo un ligero aumento, pues pasó de 458 a 499.3 millones de lempiras.
Este aumento fue esporádico, ya que para 2025 nuevamente se repitió el patrón histórico: la cifra disminuyó, pasando de 499.3 millones a 406.6.Si comparamos el presupuesto asignado para 2022 con el de este año, se observa una disminución de 186.5 millones de lempiras, lo que, según expertos, no permite que el país tenga mejor respuesta ante eventos de contingencia.
LA PRENSA Premium contactó al personal de Ambiente para conocer por qué siguen deshabilitadas las estaciones telemétricas, pero no se obtuvo respuesta de los funcionarios, quienes remitieron únicamente a Relaciones Públicas.