Roosevelt Hernández miente con cinismo
El presidente de Grupo OPSA, Jorge Canahuati Larach, rechaza con firmeza las acusaciones cobardes e infames del señor Roosevelt Leonel Hernández. LA PRENSA y EL HERALDO han estado y seguirán estando al servicio de los hondureños y en defensa de los valores de la democracia.
- Actualizado: 09 de noviembre de 2025 a las 23:00 /
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Roosevelt Leonel Hernández, agobiado por su crisis de liderazgo y cuestionado por la sociedad hondureña, no solo miente, sino que, de forma temeraria y cobarde, calumnia y levanta falsos en acusaciones infundadas.
Los falsos señalamientos realizados por el militar desde Brasil, a donde viajó acompañando a la presidenta Xiomara Castro, fueron publicadas por Canal 8 del Estado, así como por un periódico digital que ahora tienen las Fuerzas Armadas.
El militar acusa al presidente y CEO de Grupo OPSA, Jorge Canahuati Larach, de estar detrás de una campaña contra las Fuerzas Armadas por, según acusa de forma temeraria, negocios relacionados en el Instituto de Previsión Militar (IPM).
En la edición 252-2025 del 6 de noviembre pasado, el periódico digital titula en su portada “El jefe del Estado Mayor Conjunto acusa a empresario y confirma sanciones internas en las FF AA”, con un antetítulo “Orquestaron una campaña pública”.
Más adelante dedica dos páginas a ese titular, pero es en la primera página en la que se explaya en su vil y temeraria acusación, que el militar deberá responder ante los tribunales de justicia.
Dice el falso señalamiento de las Fuerzas Armadas que “en una entrevista concedida en Belén (Pará, Brasil) el jefe del Estado Mayor Conjunto, general de división Roosevelt Leonel Hernández, responsabilizó al empresario Jorge Canahuati, presidente del Grupo OPSA, de ‘orquestar la campaña pública’ en su contra y contra las Fuerzas Armadas y ofreció detalles pormenorizados sobre las medidas disciplinarias y operativas que ha tomado la institución ante lo que calificó como ‘conspiración electoral’”.
“Hernández afirmó que la campaña mediática tendría su origen en ‘negocios interrumpidos’ entre los intereses del Grupo OPSA y empresas vinculadas al Instituto de Previsión Militar y señaló que estos intereses económicos explicarían la agresividad de la ofensiva pública contra la cúpula militar. El jefe militar sostuvo que la campaña no es un hecho aislado, sino parte de un entramado donde actores públicos y privados se confunden con estructuras del crimen organizado”, dice la nota publicada.
Calumniador, mentiroso
Las aseveraciones sin ninguna evidencia constituyen una falsedad, una arbitrariedad que caen en la difamación y calumnia, pero además siguen dañando profundamente la imagen y prestigio de una institución que ha gozado del respeto y credibilidad a lo largo de los años.
Bajo el seudoliderazgo de Hernández nunca antes las Fuerzas Armadas habían caído tan bajo, al grado que para nadie es desconocido el nivel de politización, marginación y descalificación de oficiales y el boicot a las elecciones primarias de marzo, que fueron salvadas por la voluntad cívica de los hondureños y el rol clave que jugaron los medios de comunicación, en particular LA PRENSA y LA PRENSA.
El presidente de OPSA, Canahuati Larach, rechazó de forma categórica, tajante, firme y rotunda los calificativos, insinuaciones y afirmaciones del susodicho militar, que vienen a ser solo una muestra de su incapacidad, un ataque visceral y sistemático por su proceder que ha sido cuestionado por los principales actores del país y una manera de desviar la atención al rol que constitucionalmente está obligado a desempeñar en este período electoral.
“No es con amenazas e intimidaciones ni mucho menos con acusaciones y denuncias inventadas”, que van a atemorizarnos. “Estas acusaciones infundadas y temerarias del señor Roosevelt las tendrá que demostrar en un tribunal”, dijo Canahuati Larach.
Canahuati Larach, quien fue presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) de 2020-2022 y en la actualidad dirige la Asociación de Medios de Comunicación (AMC), reafirmó que los medios de comunicación LA PRENSA y EL HERALDO a lo largo de la historia, que ya va por 60 años, han estado al servicio de los valores de la democracia y de Honduras y “aunque en el pasado hemos enfrentado amenazas desde el poder, nunca como ahora el poder militar busca subyugar la libertad de expresión”.
“La demostrada intolerancia es una actitud autoritaria, que busca acallar las voces y la libertad de expresión en el país”, denunció tras subrayar que OPSA está firme hoy, mañana y siempre en la defensa de la libertad de expresión.
Rechazó la temeraria acusación de vincular a los medios de OPSA con el crimen organizado, al señalar que afirmar eso es desconocer la historia y la lucha que los medios han hecho precisamente contra la criminalidad organizada, exponiendo la vida de nuestros periodistas y de nuestros ejecutivos. “Y eso la sociedad lo reconoce, eso es valioso. Es nuestra credibilidad y el respaldo a nuestras marcas por la sociedad”.
OPSA reafirma de manera meridiana y clara que NO existe una campaña sistemática contra la institución, ni contra los oficiales de las Fuerzas Armadas que se merecen todo el respeto por su profesionalismo, lo que sí existe por nuestra parte, como todo medio de comunicación responsable, es una veeduría y una exigencia de rendición de cuentas hacia el liderazgo del señor Roosevelt Hernández, que ha dejado mucho que desear.
Los sectores académicos, la sociedad civil, los grupos empresariales y los gremios profesionales son los que han cuestionado la gestión de Hernández, que en muchos casos lo ha hecho al margen de la ley y con muestras de autoritarismo, irrespetando los valores democráticos y las mismas leyes de la institución.
A estos cuestionamientos se suman el malestar ya conocido en la institución militar, las amenazas y decisiones arbitrarias contra oficiales que los ha señalado injustamente como “filtradores” de información, al grado que tiene a más de una decena de altos oficiales expulsados y “purgados”.
Las andanzas del señor RooseveltLo que el jefe del EMC denomina una campaña mediática contra él y la institución que dirige solamente es la cobertura diaria que LA PRENSA, EL HERALDO y otros medios de comunicación realizan sobre la conducta, el discurso y las acciones de este militar que desde el 21 de diciembre de 2023, cuando asumió el cargo, empezó a sembrar la conflictividad a nivel interno y externo.
Para recordar, el 19 de agosto de 2024, Hernández y el entonces ministro de Defensa de Honduras, José Manuel Zelaya, se reunieron en Caracas con Vladimir Padrino López, ministro de defensa venezolano, señalado por Estados Unidos como uno de los principales capos del Cártel de los Soles.
Ese viaje fue criticado por la entonces embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura Dogu, y ese señalamiento llevó a que el Poder Ejecutivo anunciara la eliminación de la extradición, decisión que se retractó.
Posteriormente, el 11 de diciembre de 2024, en una ceremonia militar, Hernández se involucró en asuntos de carácter político apoyando el polémico proyecto de Ley de Justicia Tributaria, creando un cisma silencioso dentro de las FF AA y obteniendo el repudio de diversos sectores de la sociedad al ver el protagonismo político que la misma Constitución de la República le limita.
Pero lo que más ha llenado de ira a Hernández es que los medios de OPSA descubrieran y denunciaran que se cambiaron los informes investigativos realizados a nivel interno para tapar el sabotaje de ciertos militares a las elecciones primarias del 9 de marzo de 2025, y que, además, este medio detallara el maltrato e insulto a sus subalternos y cómo busca manipularlos para que sigan su línea política partidaria.
Pero fue el pueblo hondureño el que también repudió el irrespeto a la ley y a la autoridad del Consejo Nacional Electoral (CNE) del mismo Hernández al amenazar a la presidenta consejera de ese momento, a quien intimidó y exigió que se retractara de las denuncias que ella había hecho por el proceder de algunos militares en las elecciones primarias.
Ya antes, el 5 de febrero de este año, el jefe militar había acudido al Ministerio Público para denunciar a más de 10 medios de comunicación, entre ellos LA PRENSA y EL HERALDO, por informar de la conducta irregular de altos oficiales de las FF AA y conminándolos a que revelen las fuentes informativas.
En junio de este año, en unas declaraciones a una emisora reveló que estaba investigando la vida de ciertos periodistas hondureños considerados por él como “calumniadores”, muy parecido al rol que en su momento hicieron los militares en la década de los 80, período en el que se registraron violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
En realidad, ha sido el propio Roosevelt Hernández quien ha encabezado una campaña sistemática de amenazas e intimidación contra los medios de comunicación de Honduras y sus periodistas, al grado que ha sido denunciado por organizaciones nacionales e internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Reporteros sin Fronteras y otras.
Ha sido tan vil el ataque que en este mismo periódico digital tildó de traidor a la patria al director de los noticieros Abriendo Brecha y canal TEN, Rodrigo Wong Arévalo, solo porque se le demandó que sus actuaciones se enmarquen en los preceptos constitucionales en este tiempo preelectoral.
A pesar de sus arrebatos de cólera, hasta la fecha, el jefe del EMC no ha desmentido ninguna de las informaciones divulgadas por LA PRENSA y EL HERALDO, las cuales provienen de fuentes muy confiables que conocen sus movimientos, por lo que, a no poder ir contra la verdad, el militar para limpiar su imagen ha iniciado una cacería dentro de FF AA con el fin de descubrir y castigar a los infidentes, y como tampoco eso le ha dado resultado busca desacreditar irresponsablemente al presidente del Grupo OPSA y sus medios.
La conducta de Hernández es única en los 43 años de retorno a la democracia de Honduras. Ni en los años 80, la época de la Guerra Fría, un jefe militar se había atrevido a llevar a las FF AA a la politización, a ir contra la Constitución de la República, a desafiar a las autoridades civiles, a ir contra los medios de comunicación y a poner en riesgo la democracia.
Las actuaciones del señor Roosevelt Henández más bien encajan con patrones patológicos que lo evidencian por sus mecanismos psicológicos de defensa que muestra permanentemente como la proyección, la negación, el desplazamiento y la represión.