Instalan biobarda en el río Chamelecón y ya capta toneladas de basura
La ong holandesa The Oceans Cleanup instaló hace un mes un interceptor experimental en la comunidad de Baracoa, a fin de estudiar el flujo de desechos que arrastra el río. Playas de Cortés también están llenas de basura hondureña
- 13 de octubre de 2025 a las 22:13 /
Las playas de Puerto Cortés, desde Bajamar hasta Cieneguita, atraviesan su propia crisis ambiental: toneladas de desechos arrastrados por el río Chamelecón llegan cada semana hasta la costa, afectando gravemente el ecosistema marino y la belleza escénica de las playas.
El caudaloso río, de unos 200 kilómetros de longitud, nace en Copán, atraviesa el norte de Santa Bárbara y la mitad de Cortés antes de desembocar en el Caribe, donde deposita sin filtros todo los residuos que recoge a su paso.
A esta contaminación se suma la del río Motagua, que desde Guatemala continúa arrastrando basura hacia el mar. Ambos caudales terminan confluyendo frente a las costas hondureñas, creando un coctel tóxico de desechos que amenaza la salud ambiental de todo el litoral norte.
Para comprender mejor el impacto, desde hace un mes se instaló en la comunidad de Baracoa, jurisdicción de Puerto Cortés, una biobarda experimental temporal que medirá durante cuatro meses los volúmenes de basura que transporta el Chamelecón.
Biobarda solo puede retener el 20% de la basura que lleva el río
Gustavo Cabrera, biólogo y director de la organización Cuerpos de Conservación Omoa y responsable del proyecto que se ejecuta con el apoyo de la iniciativa internacional The Ocean Cleanup, el Club Rotario y la Municipalidad de Puerto Cortés, explicó que la biobarda temporal es la primera que se instala en un río en Honduras.
Desde que se colocó e inauguró el pasado 10 de septiembre ya ha captado grandes toneladas de basura, e incluso un cadáver humano, pese a que es pequeña y solo tiene capacidad para retener el 20% de la basura que lleva el río.
“En solo un mes hemos recolectado cualquier cantidad de desechos, pero no podemos retenerlos todos porque todavía no estamos preparados para ver qué hacemos con ellos”, afirmó.
Cabe recordar, que The Ocean Cleanup mantiene instaladas dos biobardas de gran calado en Guatemala, específicamente en el río Las Vacas, el mayor contaminante del Motagua; y la segunda barda está en Quetzalito, la última comunidad del río antes de desembocar en el golfo de Honduras.
A la fecha, lo que se ha sacado del río es separado y clasificado, y para eso hay cinco personas contratadas. La primera muestra de la basura recolectadada ya se envió a tres destinos, uno la cementera Bijao de Choloma donde se incineran gratuitamente los desechos inflamables, otro grupo va a la empresa Terrapoliester que compra el esteirofon, y lo demás se desecha en el relleno sanitario de Puerto Cortés.
Funcionamiento de la biobarda de Baracoa
La barda flotante del proyecto piloto mide 60 metros. No cubre todo el río para dejar un espacio libre para las lanchas, y está anclada con cadenas que se sujetan a planchas de concreto.
Por ser temporal no tiene malla sumergida para retener desechos más pesados, por lo que estos pasan y avanzan hacia el mar. Como mecanismo de seguridad, la barda puede destrabarse cuando las crecidas sean muy grandes y las cantidades de basuras sean incontenibles. Esto hace que no se comprometa la integridad de la barda. Hasta la fecha la barda no ha sufrido crecidas tan severas.
La mayoría de desechos retenidos son plásticos de todo tipo y densidades, así como esteirofón (estereofón), aunque al clasificar hallan metales, vidrio e incluso desechos hospitalarios, botes de aceite y pesticidas y hasta enseres. Las botellas también se clasifican por tamaños y colores del plástico.
José Iscoa, líder del grupo de clasificadores en la biobarda, José Santos, Glendy Valle, Vanessa Cortés y Jorbyn Galeas son los responsables de recolectar, clasificar y empaquetar los desechos capturados en el Chamelecón.
Su trabajo no solo es de mero reciclaje. Con su labor, The Ocean Cleanup, que monitorea desde Países Bajos el río mediante cámaras instaladas en el sitio, también investigan los flujos de basura que arrastra el río, las fechas y horarios a fin de elaborar y consolidar los estudios exploratorios que realizan en el sitio.
"Cada mes vamos a tomar una muestra de mil libras, y la vamos a analizar pieza por pieza para determinar de qué tipo es. Luego de esos análisis The Ocean Cleanup determinará si el río amerita una barda de mejor capacidad o no, o si siguen o no con el proyecto", afirmó.
El estudio de los desechos que arrastra el río también incluye determinar el origen de la basura. Aunque el río nace en Copán y pasa por Santa Bárbara, se sabe que la mayor parte de los contaminantes líquidos y sólidos del río provienen de ciudades como San Pedro Sula, Villanueva, La Lima y Choloma donde no se tratan las aguas residuales.
Además evaluarán el estado de las otras fuentes que desembocan en el Chamelecón como los ríos de San Pedro Sula o el Choloma, uno de los más grandes que le tributan en su recorrido por el valle de Sula.
"Esta es la primera prueba en Honduras, y estamos aprendiendo todo. Lo impresionante es que la cantidad de basura que hemos podido captar es muy grande", finalizó.
Las comunidades garífunas de Travesía y Bajamar son las más cercanas a la desembocadura del río Chamelecón, y esto las hace vulnerables a su contaminación.
A solo una semana del feriado Morazánico que hizo que las playas fueran limpiadas con regularidad, se puede apreciar la magnitud del impacto ambiental que está causando el Chamelecón y sus desechos.
Sentado en una cómoda silla frente al mar, y al muro de piedra que la municipalidad hizo ante la erosión costera que también los está dejando sin playa, José Cacho dice que el problema de la basura tiene años en la comunidad de Bajamar. “Para el feriado limpiaron, pero vea ahora cómo está. Quién va a querer bañar ahí”, dice con pesar.
Reconoce que por la temporada de lluvias el problema se agudiza, pero tiende a bajar en la temporada seca y todo depende también de cómo se mueven las correientes del mar
En un recorrido por las playas de ambas comunidades, es impresionante ver la cantidad de basura que se encuentra mezclada con desechos orgánicos como ramas, palos y piedras poma. Se halla de todo, botellas de refresco, juguetes de plástico, zapatos viejo y recipientes de medicamentos, de todo.
Cabe recalcar que las aguas, son cristalinas y las playas son de las mejores de Puerto Cortés, sin embargo, el panorama lleno de basura impide disfrutar de su belleza.