Más de 1.2 millones de niños hondureños están fuera del sistema educativo
Datos de la Secretaría de Educación señalan que hasta mediados de marzo se matricularon 1,693,000 estudiantes en todo el país
- 28 de mayo de 2025 a las 00:00 /
Cada año, miles de familias hondureñas enfrentan la incertidumbre de la matrícula escolar. Para muchos, inscribir a sus hijos en el sistema educativo es una lucha contra obstáculos económicos, problemas de seguridad y cambios en las políticas gubernamentales.
Desde 2014, la matrícula escolar ha seguido una tendencia a la baja. Aquel año, más de 2 millones de estudiantes llenaban los pupitres de escuelas y colegios, pero una década después la cifra se redujo a 1,833,054.
Las instituciones públicas han logrado mantener presencia significativa de alumnos, mientras que el sector privado ha experimentado ligeras fluctuaciones, con una caída notoria en 2021, cuando el número descendió a 270,292.
En 2025, la historia sigue escribiéndose. Hasta mediados de marzo 1,693,000 estudiantes aseguraron su lugar en el sistema educativo, acercándose rápidamente a la meta de 1.7 millones.
Desde la Secretaría de Educación, las proyecciones iban por buen camino pues esperaban que para finales de marzo el número de matriculados fuera 1,850,000.
El proceso, sin embargo, aún no ha terminado, en un país donde muchas escuelas carecen de acceso a internet, la consolidación de la matrícula avanza lento.
Mientras unos centros cargan información inmediata, otros siguen en fila, confiando que para mediados del año cada estudiante inscrito sea reconocido en cifras oficiales.
Algunos estudiantes iniciaron ciclo escolar con entusiasmo, otros jamás obtendrán al final del año su certificado final.
Susibel Palacios, directora municipal de Educación en San Pedro Sula, expresó que la meta para este año es superar 2 millones de estudiantes matriculados.
En Cortés, el promedio alcanza 300,000 estudiantes, de los que aproximadamente 150,000 corresponden a San Pedro Sula, es decir, el 50% del total.
“Esperamos que más padres se involucren y matriculen a sus hijos, estamos disminuyendo costos, no presionando por gastos de matrícula y somos puertas abiertas para que entren sin mayor exigencia”, dijo.
Además, atribuyó el aumento de matrícula hace una década a una menor población, al tiempo que señaló problemas como migración, motivada por padres desesperados por su situación económica, pero aseguró que esta situación no se compara con indicadores de matrícula actuales.
Despacio
“La matrícula se cierra hasta que ya tenemos garantía que no van a ingresar. Implementamos programas ante rezago escolar y de identificación de índices de riesgo por migración, intento de desertar o problemas de inseguridad”, destacó.
Hasta 2024, la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) estimó que 2,912,579 menores tenían edad para estar en la escuela, pero al compararlos con matriculados, hubo una brecha fuerte: 1,079,525 quedaron fuera del sistema educativo.
Razones hay muchas, desde pobreza extrema, hasta la delincuencia, pero el resultado es el mismo: sueños truncados y oportunidades perdidas.
Proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) no son más alentadoras.
Según sus cálculos para este 2025, la población en edad escolar alcanzará 2,914,591, pero la cantidad que aún está desconectada de la educación aumenta, ya que son al menos 1,221,591 de menores los que están fuera de las aulas.
Datos de la Secretaría de Educación revelan que los niveles con menor número de matrículas fueron primero y décimo grado, mientras que los mayores ingresos estudiantiles se registraron en cuarto grado de básica y tercer grado de prebásica.
Detrás de estos números hay historias de niños que intentan estudiar, pero que se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias. Adolescentes que por miedo a la violencia dejan los cuadernos y nunca regresan o pequeños que simplemente no hallan una escuela cerca de casa.
Problemática
Entre 2021 y 2023, la exclusión en nivel prebásico se mantuvo en un alarmante 65%, y aunque durante el 2024 la cifra bajó levemente a 64%, la mejora siguió siendo mínima. La situación en el nivel básico también dio señales preocupantes, mientras que durante 2021 el 17% de niños no lograba inscribirse, para 2024 ese porcentaje aumentó al 19%.
El panorama era aún más desalentador en media, año tras año, al menos seis de cada 10 adolescentes quedaron sin acceso. A esta problemática se sumó la escasa oferta educativa, entre 2021 y 2023 solo 1,683 centros ofrecían educación media en todo el país, de los cuales 935 eran públicos y 748 privados.
Anajansi Alvarado, directora de Educación en la ASJ, declaró, básándose en el último informe llamado “Estado de País”, que cuatro de cada 10 niños están fuera del sistema.
“Esta es una situación histórica, hemos propuesto estrategias para recuperar a esta población, y aún son viables. Se requieren intervenciones urgentes y modelos educativos alternativos, ya que el sistema actual solo atiende a estudiantes matriculados”, dijo la ejecutiva.
A su parecer, no existe una estrategia diferenciada para quienes abandonaron el sistema en algún momento, lo que hace necesario un enfoque que permita reconectar, identificar y recuperar el aprendizaje perdido.
- En 2024, el Gobierno anunció que varios departamentos habían salido del analfabetismo, pero a la fecha el INE no cuenta con datos públicos
- El promedio de escolaridad en Honduras para 2024 fue de 7.4, una leve mejoría en comparación a 7.2 de 2023. Honduras continúa con dos años de rezago versus un promedio de 9.33 de Costa Rica. En los últimos 10 años, los hombres en el área rural han sido las personas con menos años promedio de estudio
- Seis de cada 10 niños y niñas no tienen acceso a educación en el nivel prebásico y seis de cada 10 adolescentes no tienen acceso a educación media. Las familias con mejores ingresos matriculan a sus hijos en el sistema privado, donde reciben más días de clase y podrían acceder a mejores aprendizajes, lo que refleja una desigualdad
- La Unesco advirtió que, si no se detiene el abandonoescolar y los estudiantes no desarrollan las competencias básicas en su aprendizaje, los problemas estructurales se intensificarán para el año 2030, impactando negativamente en la economía nacional, la seguridad y la desigualdad.
Los mayores obstáculos se concentran en los niveles de prebásica y media. Para 2025, el año escolar comenzó con un calendario más estructurado, inaugurándose en fecha temprana. Con esta medida, las autoridades buscan asegurar 200 días de clases que exige la ley, pese a un año marcado por dos procesos electorales y la temporada de lluvias.
René Dubón, dirigente magisterial en San Pedro Sula, compartió su visión tras años de virtualidad e interrupciones abruptas por la pandemia, lo que ha provocado que el sistema educativo haya enfrentado enormes retos.
“No estábamos preparados para una transición repentina a la educación en línea, tuvimos que adaptarnos sin experiencia previa; la deserción escolar sigue siendo una constante en el sistema educativo nacional”. apuntó.
El docente mencionó con entusiasmo que, ahora en las ciudades grandes, los estudiantes ven la educación como un verdadero reto y objetivo de vida. “La matrícula está aumentando, lo que indica una recuperación gradual”, resaltó.
Francisco Morazán y otros departamentos del país enfrentan una realidad similar en materia educativa.